sábado, 26 de junio de 2010

El Valle de Refaim

PREDICA SOBRE EL VALLE DE REFAIM (Junio 26, 2010) (Parte I)
Pastor Isaac Guerreiro

1. Orígenes y significado

El valle de Refaim era un lugar muy fértil, cerca de Jerusalén y Belén, registrado como frontera entre las tribus de Judá y Benjamín. Estaba habitado por los filisteos. En dos ocasiones, David trabó batalla con los filisteos en este valle y salió victorioso. La Biblia nos habla del pueblo de Refaim conocido como los refaítas, o como en hebreo es escrito rafa. En la traducción más reciente que se tiene, Refaim quiere decir gigante. Otros significados para refaim son fantasmas o muerto. Este valle presumiblemente obtuvo su nombre de los gigantes que vivieron en esa región.

Génesis 14:5 Los refaítas eran una antigua tribu que en sus orígenes habitó primero al este del Mar Muerto. Los moabitas, que los expulsaron de aquella región, se referían a ellos como fantasmas. Los amonitas los llamaban zomzomeos. Los refaítas se mencionan en este versículo por primera vez en la Biblia. Cuando el rey Quedorlaomer peleó contra cinco reyes cerca del Mar Muerto (capturando a Lot), el derrotó a los refaítas en Astarot Karnaim. Esto localiza a los refaítas en aquel tiempo en Basán, al este del Jordán.

Génesis 15:18-20 Después, cuando Dios habla a Abram y le da la promesa de que le daría la tierra de Canaán, le promete dar a Israel la tierra de varios pueblos, incluyendo la de los refaítas.

2. Los Anaceos (conocidos como Anac) eran descendientes de refaitas (gigantes) se infiltraron en varias naciones

Josué 12:4 y Josué 13:12 Más de cuatrocientos años después, antes de que Israel conquiste Canaán, la tierra de los refaítas todavía se identificaba con Basán. Cuando el pueblo de Israel supo que Canaán estaba habitada por gigantes, se asustó. En la conquista de la tierra prometida, el pueblo de Israel fue conquistando a varios pueblos, entre los que estaban los refaítas. A medida que la conquista avanzaba, los refaítas se dispersaron y se mezclaron con otras naciones. Og, rey de Basán, que había quedado de los refaítas, habitaba con los amorreos.

Números 21:33 y 32:33 El pueblo escogido por Dios fue tomando posesión de la heredad que Dios le había dado. Entre ésta, estaba la nación refaíta, con Og conocido como rey de Basán.

Deuteronomio 3:11 y 13 El rey Og tenía unas cualidades anormales. Era un hombre cuya cama tenía aproximadamente cuatro metros. Su nación era totalmente diferente de las naciones que habitaban en Canaán y se conocía como tierra de los gigantes.

Deuteronomio 2:20 En otro tiempo, los amonitas les pusieron a los refaítas el nombre de zomzomeos, pueblo grande, numeroso y alto.

2 Samuel 21:16-22 Más de cuatrocientos años después, estos versículos se refieren a un refaíta gigante, que estaba con los filisteos, además de otros tres gigantes. Estos cuatro gigantes eran descendientes de Anac y fueron matados por los hombres de David. Los refaítas pasaron de generación en generación su semilla y en su dispersión se infiltraron en diferentes pueblos: amorreos, amonitas, filisteos, cananeos.

3. Refaíta era sinónimo de muerte para los judíos

Salmo 88:10 En la cultura hebrea de aquel entonces, los refaítas eran conocidos como fantasmas. Cuando el judío se refería a un fantasma o muerto decía “refaíta”. La palabra hebrea usada para muerto era refaíta. Era grande el desprecio del pueblo de Israel sobre la nación refaíta porque eran como leyendas. Pocos los veían y nadie quería enfrentarse en una guerra a ellos porque causaban terror. Cuando alguien desaparecía, se decía que fue llevado por un refaíta. ¿Manifestará Dios sus maravillas a los refaítas? ¿Se levantarán los refaítas para adorarle? Jamás.

Proverbios 2:18 Este versículo habla de la mujer que practica el pecado cuyo camino es en dirección a la muerte (refaíta).

Isaías 14:9 El Seol abajo se espantó de ti; despertó refaítas que en tu venida saliesen a recibirte.

Job 26:5 Otro nombre para los refaítas era sombras. ¿Qué parece ser y no es? La sombra. ¿Quién tiembla en lo profundo? El diablo.

Proverbios 9:18 Muertos o refaítas

4. En unidad, como Iglesia no creemos en gigantes ni nos intimida su estatura

¿Por qué Israel usaba el nombre de un pueblo para describir algo tenebroso y terrible? Los refaítas debieron ser algo despreciable. No tenían temor de Dios porque en ningún momento se menciona que un gigante se puso del lado del pueblo de Dios. Muy al contrario, siempre fueron enemigos del pueblo de Dios.

1 Samuel 17:10-11 Goliat era un refaíta que habitaba con los filisteos. Desafió al pueblo de Israel y pidió un hombre que se le enfrente. Saúl y todo Israel se turbaron y tuvieron gran miedo al oírlo. Nadie se animaba a enfrentar al gigante. ¿Para qué se levantan los gigantes? Para infundir miedo y temor, para desafiar, como un león sin colmillos y garras. Si no conocemos las Escrituras, les vamos a creer. Pero, nada más son sombras, fantasmas, muertos. ¿Puedes agarrar una sombra o un fantasma? No, pero hacen ruido, rugen, tienen boca, gritan, tienen apariencia.

1 Samuel 17:32-33 David, un muchacho, entendió el desafío al pueblo de Israel de otra forma. Vio al gigante tal como era, no le creyó ni se intimidó con su figura. El joven le dio consejo al rey: “no desmaye el corazón de ninguno a causa de él”. El siervo, y no el rey, se animó a enfrentar al gigante. Saúl trató de desanimar a David diciéndole que él era un muchacho, mientras que el gigante era un hombre de guerra desde su juventud.

1 Samuel 17:45-46 David le dice al gigante que él se le enfrentaba en el nombre de Jehová de los ejércitos. La unidad en la Iglesia es real, es palpable y nos capacita a enfrentarnos a los gigantes. No es sombra ni fantasma, es la vida, es el cuerpo, es Cristo. La unidad está más allá de ser una leyenda.

5. Con la guía de Dios y confiando en lo que Él ya ha hablado, enfrentamos como Iglesia a los gigantes y salimos victoriosos porque no les tenemos miedo

El Salmo 23 dice “Aunque ande en el valle de sombra y de muerte Tú estarás conmigo”

Sólo hubo dos israelitas que se animaron a entrar al valle de Refaim: David y Caleb.

2 Samuel 5:17-25 y Crónicas 14:8-17 El valle de Refaim era un lugar de sombras donde nadie quería ir (similar a ir al cementerio a media noche) porque habían muchas leyendas terribles sobre el lugar. Siguiendo las instrucciones de Dios, David enfrentó dos veces a los filisteos en ese valle y salió victorioso.

Josué 14:10-15 Caleb y Josué fueron los espías enviados por Moisés a reconocer la tierra prometida. Cuando el pueblo judío entró a Canaán y Josué estaba repartiendo la tierra, Caleb se le aproximó y le hizo recuerdo del juramento de Moisés sobre la tierra que a él le correspondía. Le pide a Josué su parte en una tierra que no estaba conquistada todavía. Caleb ante todo quería que Josué le de su bendición. Caleb vivía en sujeción a Josué.

Como amigo de Josué, Caleb podía haber pedido su parte en la tierra y, como no estaba conquistada todavía, pedir a Josué que le ayude con un ejército para su conquista. Caleb tenía 85 años. A pesar de su edad, dijo que “estaba tan fuerte como cuando tenía 40 años y juntos fueron enviados por Moisés a espiar la tierra, cuál era su fuerza entonces, tal lo era ahora para la guerra, para salir y para entrar”. Caleb pide a Josué un monte en el que estaban los anaceos, entre los que habitaban los refaítas. Caleb sabía a quién se iba a enfrentar a sus 85 años. Creyendo en lo que Jehová había dicho, entró a Hebrón y los conquistó.

Tanto Caleb como David entraron al valle de Refaim sabiendo con quién iban a encontrarse. Fueron vencedores porque no tuvieron miedo. No podemos tener desánimo ni angustia. ¿A quién prestamos oído? Los gigantes (fantasmas, muertos, sombras) de aquel tiempo andan ahora acechando dentro del pueblo de Dios. Hay otro significado más que se les da a los refaítas: “destituidos de poder”. ¿Quién fue destituido?, ¿quién perdió el poder?, ¿quién cayó?, ¿quién fue derrotado? Satanás. Estamos prestando oído al que no tiene poder, a la sombra, al fantasma, al destituido, al que ni siquiera tiene la llave del Hades porque ésta la tiene Cristo. ¿Estás en el valle de Refaim? La lucha que tienes no es con lo natural, sino con lo anti natural, con principados y potestades que son simbolizados por los refaítas.

Esos gigantes inspiran temor pero nada más. ¡Mayor es Él que está con nosotros! Nuestro Señor es Jesucristo. ¿Acaso no ha vencido ya Él? ¿Por qué entonces vivimos todo el tiempo pensando sólo en lo natural?

6. No miramos nuestras circunstancias (gigantes, sombras, temor, desánimo, lo terrenal) sino que nos enfocamos en Jesucristo que es verdadero y no una sombra o leyenda

Cuando Pedro estuvo en la transfiguración, viendo a Moisés y Elías, en lo primero que pensó fue en hacer una enramada. Viendo lo sobrenatural, lo primero que se le ocurrió fue algo natural. Eso nos muestra cuán aferrados vivimos en lo natural, en las cosas de esta vida. Cuando Jesús dijo que iba a morir, Pedro le dijo: Maestro, ¿cómo puedes decir algo así? Jesús le respondió: “Quítate de delante de mi Satanás… porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en la de los hombres” (Mt. 16:23)

Si piensas en lo terrenal y vives en lo terrenal, ahí están los fantasmas, sombras y gigantes. En Jesucristo no hay sombra, Ël es poderoso, verdadero. No des oído al diablo (desánimo). Estamos viviendo un tiempo precioso. Pero, parece que la Iglesia está siendo golpeada por el desánimo. Como cristianos debemos ser como Caleb y decir: “soy de 85 años, pero mi fuerza es como de 45 años, joven y fuerte, dispuesto para la batalla”. Que Dios nos conceda decir así: “mi vista no se acortó ni mis oídos se taparon, estoy preparado para la batalla”.

Para acortar el camino, ríndete, no resistas. No quieras ser tú el que manda y que Jesús sea tu siervo. Debes decirle: Señor, tú eres el Señor, yo soy el siervo. Tú eres el Amo, yo soy Tú esclavo. ¿Qué quieres que yo haga?

La depresión es triste, es un callejón sin salida. Jesús saca tu vida del pozo. Que tus ojos estén en Yahvé. No prestes oído a los gigantes. No dejes que tu vida sea atrapada pensando sólo en lo natural. Él es lo sobrenatural, lo espiritual, la verdad. La vida pasa con todas las cosas. Vivimos aquí pero no somos de aquí. Esta es una razón para no vivir atado al temor.