Un video en memoria de David Wilkerson
miércoles, 15 de junio de 2011
lunes, 6 de junio de 2011
El atacante suicida que falló en su misión y vivió para contarlo
BBC Aleem Maqbool
Martes, 19 de abril de 2011
El ataque ocurrió a principios de abril. La bomba estalló en un santuario paquistaní repleto con miles de devotos y dejó centenares de muertos.
Los dos atacantes suicidas eran adolescentes y uno de ellos sobrevivió.
De 14 años, Umar Fidai, habló con la BBC sobre qué lo motivo a acabar con su vida y con las vidas de otros.
Umar Fidai no pudo detonar adecuadamente su chaleco de explosivos y sobrevivió.
"Lo único que estaba en mi mente era que tenía que detonar mi carga lo más cerca de la gente posible. Cuando decidí que era el momento correcto, fue un instante de felicidad para mí.
"Pensé que habría un poquito de dolor, pero luego estaría en el paraíso".
Umar no llegó al paraíso. En vez de eso, lo encontramos bajo custodia policial.
No tiene el brazo izquierdo, el derecho está completamente vendado y hay vendajes en todo su torso. El joven está alerta, es amable y habla con una franqueza que desarma.
"El plan era que Ismail se volara cerca del santuario. Yo esperaría a que llegaran las ambulancias y detonaría mi carga cerca de ellas para matar a más gente. No tenía ni una duda antes de hacerlo".
Sin embargo, el chaleco suicida de Umar no estalló adecuadamente.
Su brazo voló, se abrió el abdomen y cayó inconsciente. Al recobrar el sentido, Umar buscó una granada en su bolsillo.
"En el momento en que detoné mi chaleco, mis pensamientos no estaban con mi familia, sólo estaba pensando en lo que los talibanes me habían enseñado"
Umar Fidai
"Se nos enseñó que si el cinturón no estallaba, debíamos matarnos con la granada. Había tres policías parados cerca de mí, y pensé que si los mataba, aún lograría entrar al paraíso".
Cuando Umar llevó la granada a su boca para jalar el detonador con sus dientes, un policía le disparó en el brazo.
Imágenes de video tomadas con un celular muestran a Umar tumbado en el piso, mientras la policía se ocupaba de desactivar lo que quedaba del chaleco de explosivos.
"Talibanes por todos lados"
La ruta que lo llevó hasta este punto empezó cinco meses antes, en su pueblo natal en las montañosas regiones tribales del noroeste de Pakistán, cerca de la frontera afgana.
Decenas de heridos fueron llevados de emergencia al hospital.
"En la escuela a la que asistía, había talibanes por todos lados. Un día uno de ellos me dijo que fuera con él para convertirme en atacante suicida, pero le contesté que si quería matar gente debería hacerlo él mismo y no pedírselo a niños. Pero se mantuvo insistente.
"Decía que no tenía caso estudiar. Me dijo que no había nada mejor que el paraíso y que se puede ganar matando a no creyentes.
"El talibán rezaba todo el tiempo y leía el Corán, así que creí que eran buenas personas. Mi corazón me dijo que fuera y me entrenara con ellos".
Umar dijo que le vendaban los ojos y, a veces, lo esposaban al ser llevado al lugar de entrenamiento, de forma que no pudiera revelar su ubicación.
Dijo que lo entrenaron en el uso de armas de fuego y explosivos junto con otros tres jóvenes.
Miles de paquistaníes han muerto en ataques de activistas radicales en los últimos tres años.
Se piensa que la mayoría de los ataques suicidas son ahora realizados por niños como Umar, entrenados por los talibanes.
Los blancos en Pakistán han sido diversos, pero varios de los recientes ataques se han llevado a cabo en templos de santos sufistas –ala mística del Islam-, como en el que estuvo Umar.
Estos santuarios han sido por largo tiempo un foco de devoción y oración, pero islamistas de línea dura han decidido que orar en ellos no es islámico.
"Ahora me doy cuenta que los ataques suicidas no son islámicos. Espero que la gente me perdone"
"El Talibán siempre nos dijo que iríamos a Afganistán a matar a no creyentes", dice Umar. "Estuvimos de acuerdo, porque ellos dicen que eso significaría que iríamos al paraíso.
"Pero cuando viajamos en autobús al lugar de nuestro ataque, vi que seguía siendo Pakistán y los cuestioné. Ellos dijeron que la gente que le reza a los muertos son infieles aún peores, y les creí.
"Cuando llegamos al templo, Ismail y yo subimos a una colina donde nadie podía vernos. Sacamos nuestros chalecos explosivos de las bolsas y nos los pusimos.
"Luego nos despedimos y prometimos que oraríamos por el otro, pero no había tristeza, porque pensábamos que íbamos a ir al paraíso."
Umar dijo que sólo hasta que la policía estaba tratando de desactivar sus explosivos y vio cómo lo cuidaban los doctores, se dio cuenta que estaba equivocado.
"Estoy muy agradecido, porque me salvaron de ir al infierno. Tengo mucho dolor, pero sé que hay mucha gente en el hospital con heridas aún más graves que las mías y lamentó lo que hice y lo que hizo Ismail.
"Hicimos algo muy malo al matar a niños, ancianos y mujeres. Ahora me doy cuenta que los ataques suicidas no son islámicos. Espero que la gente me perdone".
Umar dijo que nadie de su familia lo ha contactado desde el ataque.
"Sé que mi madre y mis hermanas más jóvenes, en Waziristán del Norte, sabrían lo que pasó y deben estar muy molestas. Sólo quiero pedirle perdón a mi madre. Pero en el momento en que detoné mi chaleco, mis pensamientos no estaban con mi familia, sólo estaba pensando en lo que los talibanes me habían enseñado".
El ataque podría aún costarle la vida a Umar, pues se encuentra en grave estado.
También está asustado de que el Talibán venga a matarlo en cualquier momento por haber fallado en su misión suicida.
martes, 19 de abril de 2011
lunes, 18 de abril de 2011
viernes, 7 de enero de 2011
PRÉDICA – MINISTRANDO AL SEÑOR Domingo, 26 de diciembre, 2010 Pastor Carlos Nanetti
La transición de Israel a Leví, de Leví a Sadoc y de Judas a Matías
Dios llamó a todo Israel para que los sirviera y le sea un reino de sacerdotes, en el cual todos deberían ministrar al Señor, pero Israel fue tras los ídolos, construyó un becerró de oro y lo adoró en lugar de Dios. Entonces el Señor llamó a la tribu de Leví, porque ellos se levantaron y se pusieron del lado del Señor; Israel perdió la oportunidad de ministrar al Señor. Pasados los años, la tribu de Leví fue también tras los ídolos, entonces Dios levantó a una familia de esta tribu: los hijos de Sadoc, para que le ministrasen y estuviesen delante de Él.
La Iglesia moderna se preocupa mucho en el llamado ministerial para la casa de Dios; sabemos quienes son los apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, y muchas veces luchamos por una posición, pero el llamamiento más alto es ministrar primero al Señor. Todo ministerio de la ministración al Señor.
En los días de la Iglesia primitiva, la palabra “ministerio” era una acción y significaba servir; hoy en día es una posición. La Iglesia se ha llenado de personas buscando posición y no de las que sirven, todos somos llamados a servir, por tanto todos somos llamados al ministerio, al servicio al Señor, mientras hacemos las tareas del día a día.
Si la salida de Egipto representa nuestra salida del mundo, entonces la exigencia del Señor en aquellos días debe ser la misma hoy día. Esta demanda no ha cambiado en la economía del nuevo pacto, esto Dios habló antes de la ley.
Éxodo 3:18; 5:3; 7:16; 8:1; 9:1; 10:3; 23:25
En todas estas citas, Dios le dice a faraón que deje libre a Su pueblo para que le sirva. Si servir es ministrar, como hemos visto, entonces el primer llamado de Dios a Su pueblo es que le ministre. Debemos pensar como Dios piensa, tenemos que aprender a ministrar al Señor.
Éxodo 3:18 Necesitamos un encuentro con Dios y presentarle sacrificios; si no tenemos encuentros con Dios, no podemos ministrarle, menos ofrecerle sacrificios.
El Nuevo Testamento nos habla muy claramente sobre el sacrificio. Romanos 12:1 dice que debemos ofrecernos como un sacrificio vivo, y que este es el culto que tenemos que presentar.
1 Pedro 2:5 Somos una casa espiritual y sacerdocio (sacerdote es el que ministra a Dios) para ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios.
Hebreos 13:15 Debemos siempre ofrecer a Dios sacrificio de alabanza. El versículo 16 dice que debemos hacer el bien y ayudar a los hermanos, porque de tales sacrificios se agrada Dios.
Filipenses 4:18 La dádiva de los hermanos a Pablo fue un sacrificio acepto y agradable delante de Dios.
Filipenses 2:17 Pablo se ofrecía en sacrificio a Dios.
Estos son algunos ejemplos del Nuevo Testamento sobre el primer llamamiento que tenemos todos los que hemos nacido de nuevo, es decir, vivir para ministrarle al Señor; y de esto debe fluir el ministerio para la casa de Dios.
Éxodo 5:3 Después de 3 días irían a sacrificar a Dios. Con esto aprendemos el principio de los 3 días. Este es el principio de vida, muerte y resurrección; de ser un sacrificio de todo nuestro ser, es decir, espíritu, alma y cuerpo. Tres días nos habla de la vida de resurrección; es esta vida la que a Dios le agrada como sacrificio vivo.
Éxodo 7:16 Necesitamos ir al desierto para servirle. Lo servimos en un lugar como el desierto, porque es un lugar de dependencia de Él.
Éxodo 10:3 Debemos salir de Egipto para servirle. Dios no acepta el sacrificio de Egipto, debemos dejar el mundo para servir a Dios.
Éxodo 23:25 Servirle traerá sanidad a nuestra vida.
Deuteronomio 6:13 Debemos servirle en Su temor. No le tememos porque no le conocemos, entonces para servirle, necesitamos deseperadamente una revelación de Él que traiga nuevamente el temor a la casa de Dios.
Deuteronomio 10:12 Para servirle debemos andar en Sus caminos. Para esto debemos amarlo, y para amarlo necesitamos conocerlo. Si no lo conocemos no podremos amarle como Él demanda ser amado; por lo tanto no podremos guardar Sus caminos.
Deuteronomio 13:4 Para servirle debemos oirle.
Josué 24:14-31 Debemos buscarle con integridd y ministrarle debe ser el asunto más importante en nuestra familia; le servimos por su bondad y es una decisión personal.
Salmo 2:11; 22:30; 100:2
Hechos 13:1-3 Ministrarle al Señor era también importante en el Nuevo Testamento, todo servicio al cuerpo nacía de ministrarle a Él, de conocerle.
La transición:
- De Israel a Leví, de Leví a los hijos de Sadoc. Ezequiel 44:10-23
1.- Fidelidad. Es una escritura profética sobre el ministerio al Señor, en ella vemos como Israrel y los hijos de Levi perdieron el privilegio de ministrar la Señor. Este privilegio pasó a la tribu de Levi, pero ellos también lo perdieron por servir a los ídolos. Entonces Dios levantó a los hijos de Sadoc y ellos fueron hallados fieles para servir al Señor. El vrs. 15 nos enseña que la primera condición para ministrar al Señor es ser hallado fiel, si leemos las cartas a Timoteo, especialmente la segunda, vemos que ese asunto no se puede confiar a cualquiera.
2.- Acercarse a Dios. Para ministrarle necesitamos estar cerca de Él; acercarnos al trono de la gracia. Tenemos que saber cómo llegar delante de Dios. Hebreos 10 nos explica que nos podemos acercar a través de Su sangre, del camino que abrió en Su cuerpo partido, porque Él es nuestro Sumo Sacerdote que intercede por nosotros. Finalmente, para esto necesitamos la guía del Espíritu Santo, no nos acercamos basados en nuestros méritos, ni por que nosotros hayamos encontrado el camino; nos acercamos al trono siempre basados en lo que Él a hecho y en la guía de Su Espíritu.
3.- Estar delante de Dios. Este no es solamente un asunto de estar delante de Él judicialmente por causa de Su obra. Primero, no podríamos estar delante de Dios porque somos pecadores, inmediatamente moriríamos, pero gracias a Dios, que por medio de la redención de Jesucristo tenemos un lugar para estar delante de Él. Cuando Dios nos ve, ve a Cristo. Cuando leemos el A.T. vemos una frase muy interesante, que dice: “Vive el Señor, Dios de Israel, en cuya presencia estoy.” Aquí, el profeta está mencionando estar delante de Adonai; significa que él no hacia nada, ni osaba decir nada, sino lo que oía de la presencia de Dios. Nuestra carne no puede estar delante del Señor, somos demasiado impacientes, siempre tenemos algo que decir u opinar, esto no es estar delante del Señor, estar delante de Él es callar, y vivir sólo para hacer Su voluntad…
4.- Para ofrecer la grosura. En las escrituras la grosura siempre era destinada sólo para Dios, ella habla de la prosperidad, de la vida abundante, de la bendición de Dios, de la vida de lo alto, de la vida nueva, esta vida no es para nosotros, es sólo para la gloria y honra de Dios.
5.- Ofrecerán la sangre. La sangre es para satisfacer la justicia de Dios, para que Él la vea, es para Su gloria, nuestra vida es una constante entrega, sólo buscamos la gloria del Señor.
- De Judas a Matías. Marcos 3:13-19; Hechos 1:15-26
Judas fue uno de los 12 escogidos del Señor. Los llamó apóstoles, aunque hubieron otros que caminaron con Él desde el principio, 12 fueron los cercanos. Sólo Judas no era de Galilea, él era de Judea; manejaba los recursos, era un hombre de confianza. La traición no fue un asunto que ocurrió en ese momento, pero fue fruto de su manera de pensar y de vivir. Ésta fue un constante sufrimiento en la vida de nuestro Señor, de la cual nunca se quejó. Tanto era su cariño con él, que en el día de la última cena, le dio un bocado de honra. Esta era una costumbre en su cultura: mojar el pan y darle al que se sentaba a su lado derecho, era una cuestión de honra. Pero, en este bocado, entró, dice la Escritura, Satanás. La pregunta que debemos responder es cómo es posible que la honra se convierta en traición; es claro que cuando esto ocurrió la muerte tomó la vida de Judás. Dice Hechos 1:20 que su habitación quedó desierta y que otro debía tomar su oficio. Pedro se está refiriendo al Salmo 69, donde encontramos una descripción del carácter de este hombre. Veamos primero el significado de su nombre: Iscariote significa el hombre de “Queriot”, que era un lugar de Edom, un lugar de los enemigos de Dios. Edom es un nombre para Esaú, hermano de Jacob. La palabra dice a Jacob amé, pero a Esaú aborrecí; porque en él había algo que era aborrecible al Señor. Entonces Judas era un hombre mezclado, de un lado estaba la naturaleza edomita, y del otro la de Dios. Timoteo también era un hombre mezclado. De un lado estaba la fe de su madre y de su abuela, y del otro la de su padre que era griego; él fue circuncidado y este asunto fue tratado. Por el fruto vemos que esto nunca fue tratado en la vida de Judas.
El Salmo 69:4 dice que este hombre aborrecía sin causa al Señor, y le culpaba de haberle robado. Seguramente que la naturaleza edomita en Judas reclamaba porque el Señor le estaba robando su libertinaje, y él abrió las puertas para la traición. El día que la mujer pecó (Génesis 3), la sentencia que Dios había dado era ineludible: “el día que de él comieres (pecado de desobediencia), ciertamente morirás”. Aquel día hubo una transformación genética que destruyó la naturaleza de Dios, e introdujo la muerte en un ser eterno (el hombre). A partir de aquel día todo ser que nace, lo hace muerto, solamente entra en el proceso de decadencia; así son las consecuencias del pecado. Como la poderosa naturaleza de Dios ha venido a nuestras vidas, así también las aritimañas del diablo nos llevan a apagar la vida de Dios. Jesús dijo que la tradición invalida la Palabra de Dios. Si sólo pensamos cuán poderosa es la Palabra, la cual, por ejemplo, es reponsable de toda la creación, entenderemos cuán dañina es la tradición que puede invalidarla. Hay cosas que pueden apagar la naturaleza que hemos recibido de lo alto. Efesios 4:22 dice, en la traducción antigua, que las conversaciones de la carne corrompen y nos llevan a la lujuria. Colosenses 3 nos exhorta a dejar el viejo hombre con sus hechos, a hacer morir toda lujuria, y toda costumbre que la alimenta; todo esto naturalmente es sólo en Su gracia, y por el poder de la cruz. Este viejo hombre está en nosotros, y debemos sacárnoslo como quien se quita un traje viejo, sucio, maloliente, corrompído, podrido, lleno de enfermedad y muerte; y debemos vestirnos del otro, limpio, puro, incontaminado, lleno de vida, sanidad, y paz.
Somos como Judas, mezclados, debemos decidir cada día cómo y a qué morir, y como vivir, y este debe ser nuestro clamor.
El Salmo 69 dice que Judas aborrecía sin causa a nuestro amado Dios. Amós 1:11 dice que Edom, que es Esaú, que es la naturaleza heredada de Judas: “ …persiguío a espada a su hermano, violó todo afecto natural, le robo siempre, y perpetuamente ha guardado el rencor”. Este odio, este rencor no tratado, no acallado, llevaron a Judas a buscar la muerte de Jesús, descendiente de Jacob (a quien Esaú aborreció), el inocente Cordero sin mancha ni arruga, ni cosa semejante. Judas oyó el resentimiento de sus generaciones pasadas que estaban en su corazón, la vana manera de vivir; por esto necesitamos que el hacha esté a la raiz de todos nuestros árboles que no dan fruto. El Salmo 69:14 dice que Judas era como un lodo que lo quería sumergir en el resentimiento al Señor, que sus aguas oscuras eran muy profundas; en el vrs. 15 ora para que estas aguas no lo aneguen, para que no lo trague el abismo, ni el pozo cierre sobre sí su boca. La Biblia dice que nuestro enemigo viene como inundación de agua, pero Dios levanta a nuestro favor Su bandera. El vrs. 21 dice que Judas le dio hiel por comida, y en su ser le dio a beber vinagre. Judas estaba lleno de resentimiento todo el tiempo, e inclusive, dice el Salmo, que se emborrachaba y hablaba mal de Jesús. Esta es la naturaleza de Edom, esta es nuestra naturaleza. Cada día debemos aprender a oír la naturaleza de Dios y cerrar nuestros oídos a la naturaleza de Edom.
Cuando Daniel fue llevado cautivo, era un joven de aproximadamente 17 años, y el rey de Babilonia quiso que oyera sus palabras, aprenda su idioma y coma su comida. Es así este mundo, quiere que aprendamos su idioma y que comamos su comida, que viene a través de los medios de comunicación. Somos un pueblo que tiene la libertad de escoger; por eso debemos aprender a escoger la Palabra del Señor y no nuestra vieja naturaleza.
Romanos 8 dice que si pensamos en las cosas de la carne, vamos a morir, pero si pensamos en las cosas del Espíritu vamos a tener vida y paz; porque el pensamiento de la carne es enemistad contra Dios, y no puede sujetarse ni agradar a Dios. Dejemos pues la naturaleza edomita y abracemos la naturaleza de Dios.
Dios llamó a todo Israel para que los sirviera y le sea un reino de sacerdotes, en el cual todos deberían ministrar al Señor, pero Israel fue tras los ídolos, construyó un becerró de oro y lo adoró en lugar de Dios. Entonces el Señor llamó a la tribu de Leví, porque ellos se levantaron y se pusieron del lado del Señor; Israel perdió la oportunidad de ministrar al Señor. Pasados los años, la tribu de Leví fue también tras los ídolos, entonces Dios levantó a una familia de esta tribu: los hijos de Sadoc, para que le ministrasen y estuviesen delante de Él.
La Iglesia moderna se preocupa mucho en el llamado ministerial para la casa de Dios; sabemos quienes son los apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, y muchas veces luchamos por una posición, pero el llamamiento más alto es ministrar primero al Señor. Todo ministerio de la ministración al Señor.
En los días de la Iglesia primitiva, la palabra “ministerio” era una acción y significaba servir; hoy en día es una posición. La Iglesia se ha llenado de personas buscando posición y no de las que sirven, todos somos llamados a servir, por tanto todos somos llamados al ministerio, al servicio al Señor, mientras hacemos las tareas del día a día.
Si la salida de Egipto representa nuestra salida del mundo, entonces la exigencia del Señor en aquellos días debe ser la misma hoy día. Esta demanda no ha cambiado en la economía del nuevo pacto, esto Dios habló antes de la ley.
Éxodo 3:18; 5:3; 7:16; 8:1; 9:1; 10:3; 23:25
En todas estas citas, Dios le dice a faraón que deje libre a Su pueblo para que le sirva. Si servir es ministrar, como hemos visto, entonces el primer llamado de Dios a Su pueblo es que le ministre. Debemos pensar como Dios piensa, tenemos que aprender a ministrar al Señor.
Éxodo 3:18 Necesitamos un encuentro con Dios y presentarle sacrificios; si no tenemos encuentros con Dios, no podemos ministrarle, menos ofrecerle sacrificios.
El Nuevo Testamento nos habla muy claramente sobre el sacrificio. Romanos 12:1 dice que debemos ofrecernos como un sacrificio vivo, y que este es el culto que tenemos que presentar.
1 Pedro 2:5 Somos una casa espiritual y sacerdocio (sacerdote es el que ministra a Dios) para ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios.
Hebreos 13:15 Debemos siempre ofrecer a Dios sacrificio de alabanza. El versículo 16 dice que debemos hacer el bien y ayudar a los hermanos, porque de tales sacrificios se agrada Dios.
Filipenses 4:18 La dádiva de los hermanos a Pablo fue un sacrificio acepto y agradable delante de Dios.
Filipenses 2:17 Pablo se ofrecía en sacrificio a Dios.
Estos son algunos ejemplos del Nuevo Testamento sobre el primer llamamiento que tenemos todos los que hemos nacido de nuevo, es decir, vivir para ministrarle al Señor; y de esto debe fluir el ministerio para la casa de Dios.
Éxodo 5:3 Después de 3 días irían a sacrificar a Dios. Con esto aprendemos el principio de los 3 días. Este es el principio de vida, muerte y resurrección; de ser un sacrificio de todo nuestro ser, es decir, espíritu, alma y cuerpo. Tres días nos habla de la vida de resurrección; es esta vida la que a Dios le agrada como sacrificio vivo.
Éxodo 7:16 Necesitamos ir al desierto para servirle. Lo servimos en un lugar como el desierto, porque es un lugar de dependencia de Él.
Éxodo 10:3 Debemos salir de Egipto para servirle. Dios no acepta el sacrificio de Egipto, debemos dejar el mundo para servir a Dios.
Éxodo 23:25 Servirle traerá sanidad a nuestra vida.
Deuteronomio 6:13 Debemos servirle en Su temor. No le tememos porque no le conocemos, entonces para servirle, necesitamos deseperadamente una revelación de Él que traiga nuevamente el temor a la casa de Dios.
Deuteronomio 10:12 Para servirle debemos andar en Sus caminos. Para esto debemos amarlo, y para amarlo necesitamos conocerlo. Si no lo conocemos no podremos amarle como Él demanda ser amado; por lo tanto no podremos guardar Sus caminos.
Deuteronomio 13:4 Para servirle debemos oirle.
Josué 24:14-31 Debemos buscarle con integridd y ministrarle debe ser el asunto más importante en nuestra familia; le servimos por su bondad y es una decisión personal.
Salmo 2:11; 22:30; 100:2
Hechos 13:1-3 Ministrarle al Señor era también importante en el Nuevo Testamento, todo servicio al cuerpo nacía de ministrarle a Él, de conocerle.
La transición:
- De Israel a Leví, de Leví a los hijos de Sadoc. Ezequiel 44:10-23
1.- Fidelidad. Es una escritura profética sobre el ministerio al Señor, en ella vemos como Israrel y los hijos de Levi perdieron el privilegio de ministrar la Señor. Este privilegio pasó a la tribu de Levi, pero ellos también lo perdieron por servir a los ídolos. Entonces Dios levantó a los hijos de Sadoc y ellos fueron hallados fieles para servir al Señor. El vrs. 15 nos enseña que la primera condición para ministrar al Señor es ser hallado fiel, si leemos las cartas a Timoteo, especialmente la segunda, vemos que ese asunto no se puede confiar a cualquiera.
2.- Acercarse a Dios. Para ministrarle necesitamos estar cerca de Él; acercarnos al trono de la gracia. Tenemos que saber cómo llegar delante de Dios. Hebreos 10 nos explica que nos podemos acercar a través de Su sangre, del camino que abrió en Su cuerpo partido, porque Él es nuestro Sumo Sacerdote que intercede por nosotros. Finalmente, para esto necesitamos la guía del Espíritu Santo, no nos acercamos basados en nuestros méritos, ni por que nosotros hayamos encontrado el camino; nos acercamos al trono siempre basados en lo que Él a hecho y en la guía de Su Espíritu.
3.- Estar delante de Dios. Este no es solamente un asunto de estar delante de Él judicialmente por causa de Su obra. Primero, no podríamos estar delante de Dios porque somos pecadores, inmediatamente moriríamos, pero gracias a Dios, que por medio de la redención de Jesucristo tenemos un lugar para estar delante de Él. Cuando Dios nos ve, ve a Cristo. Cuando leemos el A.T. vemos una frase muy interesante, que dice: “Vive el Señor, Dios de Israel, en cuya presencia estoy.” Aquí, el profeta está mencionando estar delante de Adonai; significa que él no hacia nada, ni osaba decir nada, sino lo que oía de la presencia de Dios. Nuestra carne no puede estar delante del Señor, somos demasiado impacientes, siempre tenemos algo que decir u opinar, esto no es estar delante del Señor, estar delante de Él es callar, y vivir sólo para hacer Su voluntad…
4.- Para ofrecer la grosura. En las escrituras la grosura siempre era destinada sólo para Dios, ella habla de la prosperidad, de la vida abundante, de la bendición de Dios, de la vida de lo alto, de la vida nueva, esta vida no es para nosotros, es sólo para la gloria y honra de Dios.
5.- Ofrecerán la sangre. La sangre es para satisfacer la justicia de Dios, para que Él la vea, es para Su gloria, nuestra vida es una constante entrega, sólo buscamos la gloria del Señor.
- De Judas a Matías. Marcos 3:13-19; Hechos 1:15-26
Judas fue uno de los 12 escogidos del Señor. Los llamó apóstoles, aunque hubieron otros que caminaron con Él desde el principio, 12 fueron los cercanos. Sólo Judas no era de Galilea, él era de Judea; manejaba los recursos, era un hombre de confianza. La traición no fue un asunto que ocurrió en ese momento, pero fue fruto de su manera de pensar y de vivir. Ésta fue un constante sufrimiento en la vida de nuestro Señor, de la cual nunca se quejó. Tanto era su cariño con él, que en el día de la última cena, le dio un bocado de honra. Esta era una costumbre en su cultura: mojar el pan y darle al que se sentaba a su lado derecho, era una cuestión de honra. Pero, en este bocado, entró, dice la Escritura, Satanás. La pregunta que debemos responder es cómo es posible que la honra se convierta en traición; es claro que cuando esto ocurrió la muerte tomó la vida de Judás. Dice Hechos 1:20 que su habitación quedó desierta y que otro debía tomar su oficio. Pedro se está refiriendo al Salmo 69, donde encontramos una descripción del carácter de este hombre. Veamos primero el significado de su nombre: Iscariote significa el hombre de “Queriot”, que era un lugar de Edom, un lugar de los enemigos de Dios. Edom es un nombre para Esaú, hermano de Jacob. La palabra dice a Jacob amé, pero a Esaú aborrecí; porque en él había algo que era aborrecible al Señor. Entonces Judas era un hombre mezclado, de un lado estaba la naturaleza edomita, y del otro la de Dios. Timoteo también era un hombre mezclado. De un lado estaba la fe de su madre y de su abuela, y del otro la de su padre que era griego; él fue circuncidado y este asunto fue tratado. Por el fruto vemos que esto nunca fue tratado en la vida de Judas.
El Salmo 69:4 dice que este hombre aborrecía sin causa al Señor, y le culpaba de haberle robado. Seguramente que la naturaleza edomita en Judas reclamaba porque el Señor le estaba robando su libertinaje, y él abrió las puertas para la traición. El día que la mujer pecó (Génesis 3), la sentencia que Dios había dado era ineludible: “el día que de él comieres (pecado de desobediencia), ciertamente morirás”. Aquel día hubo una transformación genética que destruyó la naturaleza de Dios, e introdujo la muerte en un ser eterno (el hombre). A partir de aquel día todo ser que nace, lo hace muerto, solamente entra en el proceso de decadencia; así son las consecuencias del pecado. Como la poderosa naturaleza de Dios ha venido a nuestras vidas, así también las aritimañas del diablo nos llevan a apagar la vida de Dios. Jesús dijo que la tradición invalida la Palabra de Dios. Si sólo pensamos cuán poderosa es la Palabra, la cual, por ejemplo, es reponsable de toda la creación, entenderemos cuán dañina es la tradición que puede invalidarla. Hay cosas que pueden apagar la naturaleza que hemos recibido de lo alto. Efesios 4:22 dice, en la traducción antigua, que las conversaciones de la carne corrompen y nos llevan a la lujuria. Colosenses 3 nos exhorta a dejar el viejo hombre con sus hechos, a hacer morir toda lujuria, y toda costumbre que la alimenta; todo esto naturalmente es sólo en Su gracia, y por el poder de la cruz. Este viejo hombre está en nosotros, y debemos sacárnoslo como quien se quita un traje viejo, sucio, maloliente, corrompído, podrido, lleno de enfermedad y muerte; y debemos vestirnos del otro, limpio, puro, incontaminado, lleno de vida, sanidad, y paz.
Somos como Judas, mezclados, debemos decidir cada día cómo y a qué morir, y como vivir, y este debe ser nuestro clamor.
El Salmo 69 dice que Judas aborrecía sin causa a nuestro amado Dios. Amós 1:11 dice que Edom, que es Esaú, que es la naturaleza heredada de Judas: “ …persiguío a espada a su hermano, violó todo afecto natural, le robo siempre, y perpetuamente ha guardado el rencor”. Este odio, este rencor no tratado, no acallado, llevaron a Judas a buscar la muerte de Jesús, descendiente de Jacob (a quien Esaú aborreció), el inocente Cordero sin mancha ni arruga, ni cosa semejante. Judas oyó el resentimiento de sus generaciones pasadas que estaban en su corazón, la vana manera de vivir; por esto necesitamos que el hacha esté a la raiz de todos nuestros árboles que no dan fruto. El Salmo 69:14 dice que Judas era como un lodo que lo quería sumergir en el resentimiento al Señor, que sus aguas oscuras eran muy profundas; en el vrs. 15 ora para que estas aguas no lo aneguen, para que no lo trague el abismo, ni el pozo cierre sobre sí su boca. La Biblia dice que nuestro enemigo viene como inundación de agua, pero Dios levanta a nuestro favor Su bandera. El vrs. 21 dice que Judas le dio hiel por comida, y en su ser le dio a beber vinagre. Judas estaba lleno de resentimiento todo el tiempo, e inclusive, dice el Salmo, que se emborrachaba y hablaba mal de Jesús. Esta es la naturaleza de Edom, esta es nuestra naturaleza. Cada día debemos aprender a oír la naturaleza de Dios y cerrar nuestros oídos a la naturaleza de Edom.
Cuando Daniel fue llevado cautivo, era un joven de aproximadamente 17 años, y el rey de Babilonia quiso que oyera sus palabras, aprenda su idioma y coma su comida. Es así este mundo, quiere que aprendamos su idioma y que comamos su comida, que viene a través de los medios de comunicación. Somos un pueblo que tiene la libertad de escoger; por eso debemos aprender a escoger la Palabra del Señor y no nuestra vieja naturaleza.
Romanos 8 dice que si pensamos en las cosas de la carne, vamos a morir, pero si pensamos en las cosas del Espíritu vamos a tener vida y paz; porque el pensamiento de la carne es enemistad contra Dios, y no puede sujetarse ni agradar a Dios. Dejemos pues la naturaleza edomita y abracemos la naturaleza de Dios.
PALABRA PARA EL 2011 Carlos Nanetti
Mateo 19:16-30; 20:1-16
Jesús llama al jóven rico a seguirlo. Éste se va triste porque tenía muchas posesiones. Pedro le pregunta a Jesús que recompensa tendrán ellos, pues han dejado todo y le han seguido. Jesús le responde, y después concluye así: “Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros.” Para explicar esto, les da una enseñanza sobre el reino de Dios que se asemeja a un padre de familia que contrata obreros para su viña. Al concluir esta enseñanza, vuelve a repetir: “Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.”
Si leemos con cuidado la enseñanza sobre el padre de familia y la viña, veremos que Dios no recompensa por las horas de servicio o por la calidad de servicio, sino por la “FIDELIDAD A LA OPORTUNIDAD”. Los obreros contratados a la hora undécima, cuando el hombre de la viña les preguntó por qué estaban ahí todo el día desocupados; ellos contestaron, “Porque nadie nos ha contratado”; es decir no hemos tenido la “oportunidad” de trabajo.
Dios envía la oportunidad a nuestra vida. Estos obreros RESPONDIERON a la oportunidad, por eso recibieron la misma recompensa. Esto es lo que agrada a Dios.
Si hay un hombre que tiene la oportunidad de predicar a miles y miles de personas, a multitutes, pero hay una mujer que vive en las montañas toda su vida, y nunca vio ni estuvo en una ciudad, y cuida a 2 ó 3 niños. Los dos tienen algo que Dios les dio para hacer. Ambos serán recompensados si han sido fieles. Cada cual en su llamado.
El padre de familia salió temprano en la mañana, esto es al romper el alba, a las 6 de la mañana; la hora tercera se refiere a las 9 de la mañana; la sexta y novena, a las 12 y 3 de la tarde; y la hora undécima a las 5 de la tarde. Faltaba una hora para terminar la jornada de trabajo.
¿No estamos en esa hora? ¿No es esta la hora undécima? ¿No están muchos en la plaza con azadones (así era como esperaban para ser contratados), listos, esperando la oportunidad para trabajar en la viña del Señor? Muchos serán llamados en esta hora, y la recompensa será la misma porque fueron fieles a la oportunidad que les dio el Señor.
Esta hora Dios seguirá llamando a muchos, esa es la muestra de Su misericordia. Respondamos al Señor, trabajemos en Su viña.
Sí el padre de familia hubiera pagado primero a los primeros contratados, ellos hubieran recibido su denario y se hubieran ido, y no hubieran visto la paga a los demás. Pero primero se pagó a los postreros, y así los primeros pudieron ver “la injusticia”. Esto fue así “para que por medio de la murmuración sea exhibida la lección”. Y también sea revelado su corazón envidioso y la bondad de Dios.
Con esta enseñanza, Jesús les dijo a Pedro y a los otros discípulos, que ya lo estaban siguiendo por 3 años, que si ese jóven lo seguía en ese momento, tendría la misma recompensa que ellos.
Jesús llama al jóven rico a seguirlo. Éste se va triste porque tenía muchas posesiones. Pedro le pregunta a Jesús que recompensa tendrán ellos, pues han dejado todo y le han seguido. Jesús le responde, y después concluye así: “Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros.” Para explicar esto, les da una enseñanza sobre el reino de Dios que se asemeja a un padre de familia que contrata obreros para su viña. Al concluir esta enseñanza, vuelve a repetir: “Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.”
Si leemos con cuidado la enseñanza sobre el padre de familia y la viña, veremos que Dios no recompensa por las horas de servicio o por la calidad de servicio, sino por la “FIDELIDAD A LA OPORTUNIDAD”. Los obreros contratados a la hora undécima, cuando el hombre de la viña les preguntó por qué estaban ahí todo el día desocupados; ellos contestaron, “Porque nadie nos ha contratado”; es decir no hemos tenido la “oportunidad” de trabajo.
Dios envía la oportunidad a nuestra vida. Estos obreros RESPONDIERON a la oportunidad, por eso recibieron la misma recompensa. Esto es lo que agrada a Dios.
Si hay un hombre que tiene la oportunidad de predicar a miles y miles de personas, a multitutes, pero hay una mujer que vive en las montañas toda su vida, y nunca vio ni estuvo en una ciudad, y cuida a 2 ó 3 niños. Los dos tienen algo que Dios les dio para hacer. Ambos serán recompensados si han sido fieles. Cada cual en su llamado.
El padre de familia salió temprano en la mañana, esto es al romper el alba, a las 6 de la mañana; la hora tercera se refiere a las 9 de la mañana; la sexta y novena, a las 12 y 3 de la tarde; y la hora undécima a las 5 de la tarde. Faltaba una hora para terminar la jornada de trabajo.
¿No estamos en esa hora? ¿No es esta la hora undécima? ¿No están muchos en la plaza con azadones (así era como esperaban para ser contratados), listos, esperando la oportunidad para trabajar en la viña del Señor? Muchos serán llamados en esta hora, y la recompensa será la misma porque fueron fieles a la oportunidad que les dio el Señor.
Esta hora Dios seguirá llamando a muchos, esa es la muestra de Su misericordia. Respondamos al Señor, trabajemos en Su viña.
Sí el padre de familia hubiera pagado primero a los primeros contratados, ellos hubieran recibido su denario y se hubieran ido, y no hubieran visto la paga a los demás. Pero primero se pagó a los postreros, y así los primeros pudieron ver “la injusticia”. Esto fue así “para que por medio de la murmuración sea exhibida la lección”. Y también sea revelado su corazón envidioso y la bondad de Dios.
Con esta enseñanza, Jesús les dijo a Pedro y a los otros discípulos, que ya lo estaban siguiendo por 3 años, que si ese jóven lo seguía en ese momento, tendría la misma recompensa que ellos.
PROFECIA 2011
Es un año que Dios va a hacer una transición, como de Saúl a David, como de Israel a la tribu de Leví, como de Leví a los hijos de Sadoc. Él está dejando los sistemas eclesiásticos y se está moviendo al remanente. Es un año de una intersección, donde se cruzan nuestras decisiones con el Señorío; no vamos a poder vivir nuestra vida y la de Él al mismo tiempo. Es el día del justo en que la luz de la aurora irá en aumento hasta que el día sea perfecto, delante de nuestros ojos las tinieblas van a huir, los hombres van a mirar a la Iglesia como nunca antes, los grandes ministerios hechos por los hombres van a secarse... Es un año de mucho fruto, Dios va a dar señales en la tierra y en los cielos, la nación va a cambiar de rumbo, Dios va a defender Sus ligaduras, la educación en Bolivia va a ser honrada, Bolivia va a ser un ejemplo, la Iglesia que ande con Dios va a ser el referente, lo pequeño va a ser levantado, lo grande allanado, hombres mujeres y niños que van a ser honrados, va a ser conocida la humillad del justo, la santidad se va a levantar, es inicio del fin del fin, es el día de los hijos, de los huíos, la Presencia va a pedirte tu decisión... Las riquezas de los impíos irán a manos de los justos...
Es una transición como la que pidió Jesús al rico, es el fin del camino como conocemos, es el día del poder de Dios, de los que se ofrecen voluntariamente, es día de un viaje sin retorno, es año de perderlo todo y ganar Su vida en abundancia, es el fin de una vida tibia, es día de la total dependencia a la soberanía del Altísimo, es día que los que conocen la vida de resurrección vivan por Su gracia, es año en que Dios nos va a ceñir y nos va a llevar a donde no queramos ir, Dios ya no va a intentar hacer volver a sus hijos de la farándula, y se va manifestar en las varas escondidas, " Y aconteció que el día siguiente vino Moisés al tabernáculo del testimonio; y he aquí que la vara de Aarón de la casa de Leví había reverdecido, y echado flores, y arrojado renuevos, y producido almendras."
Los huérfanos van a venir en búsqueda de la presencia manifiesta como nunca antes, Dios va a caminar con el humilde claramente, nunca antes se ha visto este nivel de manifestación, personas van a morir porque continúan en Su pecado, va a soplar un viento de arrepentimiento y una convicción de pecado como nunca, los tibios van a ser sacudidos del árbol, el fruto del árbol de la vida va a comenzar a manifestarse como nunca antes, Dios se va a hacer real y personas van a entrar en la dimensión espiritual, a la habitación del trono, Dios va a caminar sólo con Su remanente escondido, se verá la heredad restaurada, nuestros hijos serán enseñados por Él como nunca, los niños van a manifestar el reino como nunca, Dios va a usar a los pequeños como nunca, recién vamos a entender dejad a los niños venir a Mí...
Es una transición como la que pidió Jesús al rico, es el fin del camino como conocemos, es el día del poder de Dios, de los que se ofrecen voluntariamente, es día de un viaje sin retorno, es año de perderlo todo y ganar Su vida en abundancia, es el fin de una vida tibia, es día de la total dependencia a la soberanía del Altísimo, es día que los que conocen la vida de resurrección vivan por Su gracia, es año en que Dios nos va a ceñir y nos va a llevar a donde no queramos ir, Dios ya no va a intentar hacer volver a sus hijos de la farándula, y se va manifestar en las varas escondidas, " Y aconteció que el día siguiente vino Moisés al tabernáculo del testimonio; y he aquí que la vara de Aarón de la casa de Leví había reverdecido, y echado flores, y arrojado renuevos, y producido almendras."
Los huérfanos van a venir en búsqueda de la presencia manifiesta como nunca antes, Dios va a caminar con el humilde claramente, nunca antes se ha visto este nivel de manifestación, personas van a morir porque continúan en Su pecado, va a soplar un viento de arrepentimiento y una convicción de pecado como nunca, los tibios van a ser sacudidos del árbol, el fruto del árbol de la vida va a comenzar a manifestarse como nunca antes, Dios se va a hacer real y personas van a entrar en la dimensión espiritual, a la habitación del trono, Dios va a caminar sólo con Su remanente escondido, se verá la heredad restaurada, nuestros hijos serán enseñados por Él como nunca, los niños van a manifestar el reino como nunca, Dios va a usar a los pequeños como nunca, recién vamos a entender dejad a los niños venir a Mí...
sábado, 21 de agosto de 2010
EL TABERNÁCULO DE DAVID (Agosto 15, 2010)
Pastor Edgar Entrambasaguas
1. Las costumbres, tradiciones y ritos invalidan la Palabra y limitan la presencia de Dios
Hechos 15:1-5 El concilio en Jerusalén fue uno de los primeros concilios de la época. Todos los ancianos, apóstolos y líderes fueron convocados, así como Pablo y Bernabé. Estaba sucediendo algo inusual: Los gentiles se estaban convirtiendo al Señor. Dentro de los judíos, algunos fariseos se habían convertido y decían que si los gentiles querían convertirse, debían circuncidarse y seguir la ley de Moisés. Estaba entrando una corriente judaizante muy fuerte. Por ejemplo, Timoteo era griego y por causa de los judíos tuvo que circuncidarse. Tito era descendiente de griegos y también tuvo que ser circuncidado.
Los fariseos y saduceos eran las dos sectas más importantes en Israel y conformaban el Sanedrín. Ellos instigaron para la muerte de Jesucristo. Se caracterizaban por:
• Los saduceos eran los hombres ricos y aristócratas del grupo, los sumos sacerdotes y líderes más importantes. Eran más políticos que religiosos, negociaban políticamente con el imperio romano para mantener la paz en Israel. Eran conservadores de la doctrina y daban más importancia a la palabra escrita que a la tradición oral porque la palabra era de Dios. Negaban la intervención de Dios en asuntos de la vida diaria. Eran más materialistas y negaban la resurrección de los muertos porque no creían en una vida después de la muerte. Entonces, no creían en que hay una recompensa o castigo después de la muerte de acuerdo a lo hecho en la tierra. Negaban el mundo espiritual, no creían en ángeles ni en demonios. En síntesis, estaban más preocupados por la política y su interés personal.
• Los fariseos (significa apartado) eran el grupo minoritario dentro del Sanedrín, pero eran los que tenían más importancia porque al ser gente común, hablaban en representación del pueblo. Jesucristo a los que más atacó fue a los fariseos. Creían en la tradición oral, con lo que añadieron a la ley dada por Moisés interpretación que la convirtió en leyes de hombres. Por eso los fariseos tenían ciertas tradiciones que se apartaban totalmente de lo que Dios había establecido en la ley. Creían que Dios intervenía en las decisiones del hombre y también creían en la resurrección de los muertos. Además, aceptaban el mundo espiritual y creían en ángeles y demonios. En síntesis, los fariseos estaban más preocupados por los asuntos de Israel, y aumentaron cientos de artículos a la ley de Moisés que ni ellos mismos podían cumplir.
Hechos 15:6-12 Así como había pugna entre saduceos y fariseos a nivel político y económico, también dentro de la Iglesia de Jerusalén se presentaba esta situación respecto a tradiciones y costumbres. Lo mismo sucede en nuestra época con las diferentes denominaciones de la Iglesia resultado de diferentes posiciones doctrinales. Muchas veces, la costumbre y tradición invalidan la palabra y limitan la presencia de Dios. Pedro se enfrenta con los fariseos y les dice que la salvación es por gracia y no por la ley (v. 11).
Pedro tenía ministerio para los gentiles. Tiempo atrás, tuvo una visión en que se le pedía que coma alimento inmundo que no era permitido para los judíos (Hechos 10:10-15). Gracias a esa revelación, Pedro con algunos acompañantes fue a casa de Cornelio que era una gentil. El Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían su discurso y empezaron a hablar en lenguas (Hechos 10:44-48). Los acompañantes de Pedro quedaron asombrados porque aún entre los gentiles hubo el derramamiento del Espíritu. Dios está quebrando nuestros moldes y estructuras. ¿Para qué?
2. Dios quiere reedificar el tabernáculo de David en cada uno para que lo busquemos y Su presencia sea manifiesta en nosotros
Hechos 15:13-16 Jacobo (el hermano de Jesús) dice algo importante porque tuvo una tremenda revelación.
Jacobo se levanta y menciona al profeta Amós: Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído“ (v. 16). No dice voy a reedificar el tabernáculo de Moisés ni el templo de Salomón. Jacobo estaba hablando en el contexto del primer concilio, tomando en cuenta la corriente judaizante que presionaba a la Iglesia y la pugna con saduceos y fariseos por el tema de doctrinas y tradiciones.
Dios quiere reedificar el tabernáculo de David. Él quiere que Su presencia sea manifiesta en medio de nosotros. ¿Qué le puede asombrar a Dios? Lo que conmueve a Dios es que busquemos Su presencia. Tabernáculo significa tienda, una pequeña carpa. El tabernáculo de Moisés, cuyo diseño fue dado a Moisés por Dios, tenía tres lugares: atrio, Lugar Santo y Lugar Santísimo. La primera puerta se llamaba “el camino”. En el atrio estaba el altar del sacrificio y el lavacro que eran de bronce. La segunda puerta se llamaba “la verdad” y sólo los sacerdotes podían entrar por ella. En el Lugar Santo había el candelabro, la mesa de panes de proposición y el altar de incienso. Ese lugar era alumbrado sólo por el candelero. La tercera puerta se llamaba “la vida”. El Lugar Santísimo era un lugar más adentro al cuál el sumo sacerdote podía entrar sólo una vez al año. Todo era rito, costumbres y sacrificios en el tabernáculo de Moisés.
En la época de los jueces, el pueblo se olvidó de Dios y el tabernáculo fue puesto en Silo. En la época de Samuel, el sacerdocio se había corrompido. Por aquel tiempo salió Israel en batalla a los filisteos y fue vencido. Para ser salvados de la mano de su enemigo decidieron traer de Silo el arca del pacto. Nuevamente pelearon con los filisteos, Israel fue vencido y el arca de Dios fue tomada y puesta por los filisteos en la casa de su dios Dagón en Asdod. Al siguiente día, Dagón apareció postrado en tierra delante del arca. Los habitantes de Asdod empezaron a enfermar con tumores por lo que enviaron el arca a Gat. Por siete meses estuvo el arca de ciudad en ciudad. Donde iba había tumores y enfermedades en los pueblos. Por ello, los filisteos deciden devolver el arca al pueblo de Israel, la cuál permaneció en casa de Abinadab por veinte años. Durante aquellos años, Saúl fue elegido como rey y durante su reinado no le importó el arca. Saúl fue desechado por Dios por su desobediencia y aparece David que fue perseguido y desterrado de Israel y que después reina por siete años en Judá.
David anheló toda su vida la presencia de Dios. Siendo pastor, venía un poder sobrenatural sobre él y pudo vencer a osos, leones y al gigante Goliat. ¿Con qué fuerza? Tenía tal intimidad con Dios que permanentemente anhelaba Su presencia. Después que David es ungido como rey de Israel, intenta llevar el arca a Jerusalén.
1 Crónicas 13:1-14 Llegó el gran día para David de traer el arca de Dios a Jerusalén. Llevaron el arca de Dios de la casa de Abinadab en un carro nuevo, y David y todo Israel se regocijaban delante de Dios con todas sus fuerzas. Pero al tropezar los bueyes que llevaban el arca, Uza extendió su mano al arca para sostenerla y Jehová lo hirió y murió delante de Dios. Uza significa fuerza. ¡Cuánta cosa nueva existe al interior de la Iglesia con la fuerza del hombre que invalida la presencia de Dios!.
David tuvo miedo y no trajo el arca a su casa, sino que la llevó a casa de Obed-edom donde permaneció por tres meses. La presencia de Dios es tremenda, la gente puede morir. ¿Por qué nosotros no morimos y, como dice Hebreos, tenemos libre acceso a la presencia misma de Dios? Es como cuando Moisés vio una zarza ardiendo que no se consumía. No morimos porque somos la Iglesia y tenemos el Espíritu Santo, el poder de Dios. Su presencia vive en ti y no mueres porque la sangre del Cordero está rociando tu ser y tienes libre acceso. Sabemos que Él vive en nuestros corazones porque somos templo del Espíritu Santo. Entonces, si tenemos al Espíritu Santo, hagámosle caso. Podemos venir a las reuniones de la Iglesia pero no responder a la presencia de Dios que vive en nosotros. Jehová bendijo la casa de Obed-edom.
1 Crónicas 15:1-3 y v. 25 Al enterarse David de estas bendiciones, busca otra vez la presencia de Dios manifiesta en la gloria shekinah, presencia visible que solamente estaba en el arca. David consultó la palabra y a los sacerdotes para saber cómo debía traer el arca. No es con método del hombre ni con fuerza, sino de acuerdo a la palabra. Tenían que ser los sacerdotes los que transporten el arca en sus hombros. Cada que daban seis pasos sacrificaban un animal hasta llegar a Jerusalén. Todo era fiesta, había júbilo y gozo porque la presencia de Dios había llegado a Jerusalén. David se despojó de sus vestiduras reales e iba vestido de lino fino y llevaba también un efod de lino porque quería la presencia de Dios.
David danzaba, cantaba y hacía que todos tocaran trompeta. Había gozo porque él anhelaba la presencia de Dios. David no hizo tres lugares (atrio, Lugar Santo y Lugar Santísimo) y puso el arca en su casa. La presencia de Dios no estaba oculta para nadie en la casa de David. Por eso, Dios ama restaurar el tabernáculo de David porque allí la presencia de Dios estaba a la vista y todos veían la luz que resplandecía. David tuvo la revelación de que no era por ritos ni costumbres de fariseos y saduceos que se atraía la presencia de Dios. David tuvo revelación de la adoración que se hace en los cielos con los cuatro seres vivientes y miles de ángeles que cantan todo el día. Instauró turnos de grupos sacerdotales, músicos, cantores y profetas para adorar y alabar al Señor las 24 horas del día, los 365 días del año. No solamente Israel veía la luz que resplandecía en el arca, sino también los gentiles. La manifestación de la gloria no puede estar ocultar, tiene que ser manifiesta a todos. Por eso es que Dios ama reedificar el tabernáculo caído de David. David llevó la presencia de Dios a su casa, a su familia. El arca estaba a la vista de todos, aún de los gentiles.
Salmo 24:3-5 ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón... David sabía cómo tocar el corazón de Dios. No era sacerdote pero se hizo sacerdote. Dios nos ha hecho reyes y sacerdotes en esta tierra para ofrecer sacrificios espirituales como la adoración.
El pueblo de Israel tuvo muchos reyes; los que volvieron al orden davídico de oración y adoración fueron bendecidos, como Josafat, Josías, Esdras, Nehemías. Dios quiere reedificar el tabernáculo de David que está con grietas y caído. El tabernáculo habla de la presencia de Dios. Nosotros como Iglesia somos los que tenemos que reedificar el tabernáculo porque el Espíritu Santo mora en nosotros, pero no le hemos hecho caso por muchos años. Muchas veces ni siquiera hemos tenido relación con Dios.
Amós 9:11-13 Amós vivió y profetizó cuando el templo de Salomón estaba de pie. Israel se había apartado de Ël. Cuando la presencia del Señor sea manifiesta en la Iglesia, la cosecha va a ser tan grande que multitudes desesperadas van a venir a los pies del Señor. Dios quiere restaurar en este tiempo y está restaurando y haciendo en medio de nosotros. No tenemos que descuidar la búsqueda con anhelo de la manifestación de la presencia del Señor. La presencia de Dios es una cosa y Su gracia es otra cosa; van muy relacionadas.
Señor, te damos gracias. Ayúdanos a reedificar el tabernáculo caído de David. Enséñanos de tu presencia que mora en nosotros. Ayúdanos a entender que tú vives en nosotros, que tú actúas en nosotros y que eres poderoso en nosotros. Oramos, en el nombre de Jesús.
1. Las costumbres, tradiciones y ritos invalidan la Palabra y limitan la presencia de Dios
Hechos 15:1-5 El concilio en Jerusalén fue uno de los primeros concilios de la época. Todos los ancianos, apóstolos y líderes fueron convocados, así como Pablo y Bernabé. Estaba sucediendo algo inusual: Los gentiles se estaban convirtiendo al Señor. Dentro de los judíos, algunos fariseos se habían convertido y decían que si los gentiles querían convertirse, debían circuncidarse y seguir la ley de Moisés. Estaba entrando una corriente judaizante muy fuerte. Por ejemplo, Timoteo era griego y por causa de los judíos tuvo que circuncidarse. Tito era descendiente de griegos y también tuvo que ser circuncidado.
Los fariseos y saduceos eran las dos sectas más importantes en Israel y conformaban el Sanedrín. Ellos instigaron para la muerte de Jesucristo. Se caracterizaban por:
• Los saduceos eran los hombres ricos y aristócratas del grupo, los sumos sacerdotes y líderes más importantes. Eran más políticos que religiosos, negociaban políticamente con el imperio romano para mantener la paz en Israel. Eran conservadores de la doctrina y daban más importancia a la palabra escrita que a la tradición oral porque la palabra era de Dios. Negaban la intervención de Dios en asuntos de la vida diaria. Eran más materialistas y negaban la resurrección de los muertos porque no creían en una vida después de la muerte. Entonces, no creían en que hay una recompensa o castigo después de la muerte de acuerdo a lo hecho en la tierra. Negaban el mundo espiritual, no creían en ángeles ni en demonios. En síntesis, estaban más preocupados por la política y su interés personal.
• Los fariseos (significa apartado) eran el grupo minoritario dentro del Sanedrín, pero eran los que tenían más importancia porque al ser gente común, hablaban en representación del pueblo. Jesucristo a los que más atacó fue a los fariseos. Creían en la tradición oral, con lo que añadieron a la ley dada por Moisés interpretación que la convirtió en leyes de hombres. Por eso los fariseos tenían ciertas tradiciones que se apartaban totalmente de lo que Dios había establecido en la ley. Creían que Dios intervenía en las decisiones del hombre y también creían en la resurrección de los muertos. Además, aceptaban el mundo espiritual y creían en ángeles y demonios. En síntesis, los fariseos estaban más preocupados por los asuntos de Israel, y aumentaron cientos de artículos a la ley de Moisés que ni ellos mismos podían cumplir.
Hechos 15:6-12 Así como había pugna entre saduceos y fariseos a nivel político y económico, también dentro de la Iglesia de Jerusalén se presentaba esta situación respecto a tradiciones y costumbres. Lo mismo sucede en nuestra época con las diferentes denominaciones de la Iglesia resultado de diferentes posiciones doctrinales. Muchas veces, la costumbre y tradición invalidan la palabra y limitan la presencia de Dios. Pedro se enfrenta con los fariseos y les dice que la salvación es por gracia y no por la ley (v. 11).
Pedro tenía ministerio para los gentiles. Tiempo atrás, tuvo una visión en que se le pedía que coma alimento inmundo que no era permitido para los judíos (Hechos 10:10-15). Gracias a esa revelación, Pedro con algunos acompañantes fue a casa de Cornelio que era una gentil. El Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían su discurso y empezaron a hablar en lenguas (Hechos 10:44-48). Los acompañantes de Pedro quedaron asombrados porque aún entre los gentiles hubo el derramamiento del Espíritu. Dios está quebrando nuestros moldes y estructuras. ¿Para qué?
2. Dios quiere reedificar el tabernáculo de David en cada uno para que lo busquemos y Su presencia sea manifiesta en nosotros
Hechos 15:13-16 Jacobo (el hermano de Jesús) dice algo importante porque tuvo una tremenda revelación.
Jacobo se levanta y menciona al profeta Amós: Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído“ (v. 16). No dice voy a reedificar el tabernáculo de Moisés ni el templo de Salomón. Jacobo estaba hablando en el contexto del primer concilio, tomando en cuenta la corriente judaizante que presionaba a la Iglesia y la pugna con saduceos y fariseos por el tema de doctrinas y tradiciones.
Dios quiere reedificar el tabernáculo de David. Él quiere que Su presencia sea manifiesta en medio de nosotros. ¿Qué le puede asombrar a Dios? Lo que conmueve a Dios es que busquemos Su presencia. Tabernáculo significa tienda, una pequeña carpa. El tabernáculo de Moisés, cuyo diseño fue dado a Moisés por Dios, tenía tres lugares: atrio, Lugar Santo y Lugar Santísimo. La primera puerta se llamaba “el camino”. En el atrio estaba el altar del sacrificio y el lavacro que eran de bronce. La segunda puerta se llamaba “la verdad” y sólo los sacerdotes podían entrar por ella. En el Lugar Santo había el candelabro, la mesa de panes de proposición y el altar de incienso. Ese lugar era alumbrado sólo por el candelero. La tercera puerta se llamaba “la vida”. El Lugar Santísimo era un lugar más adentro al cuál el sumo sacerdote podía entrar sólo una vez al año. Todo era rito, costumbres y sacrificios en el tabernáculo de Moisés.
En la época de los jueces, el pueblo se olvidó de Dios y el tabernáculo fue puesto en Silo. En la época de Samuel, el sacerdocio se había corrompido. Por aquel tiempo salió Israel en batalla a los filisteos y fue vencido. Para ser salvados de la mano de su enemigo decidieron traer de Silo el arca del pacto. Nuevamente pelearon con los filisteos, Israel fue vencido y el arca de Dios fue tomada y puesta por los filisteos en la casa de su dios Dagón en Asdod. Al siguiente día, Dagón apareció postrado en tierra delante del arca. Los habitantes de Asdod empezaron a enfermar con tumores por lo que enviaron el arca a Gat. Por siete meses estuvo el arca de ciudad en ciudad. Donde iba había tumores y enfermedades en los pueblos. Por ello, los filisteos deciden devolver el arca al pueblo de Israel, la cuál permaneció en casa de Abinadab por veinte años. Durante aquellos años, Saúl fue elegido como rey y durante su reinado no le importó el arca. Saúl fue desechado por Dios por su desobediencia y aparece David que fue perseguido y desterrado de Israel y que después reina por siete años en Judá.
David anheló toda su vida la presencia de Dios. Siendo pastor, venía un poder sobrenatural sobre él y pudo vencer a osos, leones y al gigante Goliat. ¿Con qué fuerza? Tenía tal intimidad con Dios que permanentemente anhelaba Su presencia. Después que David es ungido como rey de Israel, intenta llevar el arca a Jerusalén.
1 Crónicas 13:1-14 Llegó el gran día para David de traer el arca de Dios a Jerusalén. Llevaron el arca de Dios de la casa de Abinadab en un carro nuevo, y David y todo Israel se regocijaban delante de Dios con todas sus fuerzas. Pero al tropezar los bueyes que llevaban el arca, Uza extendió su mano al arca para sostenerla y Jehová lo hirió y murió delante de Dios. Uza significa fuerza. ¡Cuánta cosa nueva existe al interior de la Iglesia con la fuerza del hombre que invalida la presencia de Dios!.
David tuvo miedo y no trajo el arca a su casa, sino que la llevó a casa de Obed-edom donde permaneció por tres meses. La presencia de Dios es tremenda, la gente puede morir. ¿Por qué nosotros no morimos y, como dice Hebreos, tenemos libre acceso a la presencia misma de Dios? Es como cuando Moisés vio una zarza ardiendo que no se consumía. No morimos porque somos la Iglesia y tenemos el Espíritu Santo, el poder de Dios. Su presencia vive en ti y no mueres porque la sangre del Cordero está rociando tu ser y tienes libre acceso. Sabemos que Él vive en nuestros corazones porque somos templo del Espíritu Santo. Entonces, si tenemos al Espíritu Santo, hagámosle caso. Podemos venir a las reuniones de la Iglesia pero no responder a la presencia de Dios que vive en nosotros. Jehová bendijo la casa de Obed-edom.
1 Crónicas 15:1-3 y v. 25 Al enterarse David de estas bendiciones, busca otra vez la presencia de Dios manifiesta en la gloria shekinah, presencia visible que solamente estaba en el arca. David consultó la palabra y a los sacerdotes para saber cómo debía traer el arca. No es con método del hombre ni con fuerza, sino de acuerdo a la palabra. Tenían que ser los sacerdotes los que transporten el arca en sus hombros. Cada que daban seis pasos sacrificaban un animal hasta llegar a Jerusalén. Todo era fiesta, había júbilo y gozo porque la presencia de Dios había llegado a Jerusalén. David se despojó de sus vestiduras reales e iba vestido de lino fino y llevaba también un efod de lino porque quería la presencia de Dios.
David danzaba, cantaba y hacía que todos tocaran trompeta. Había gozo porque él anhelaba la presencia de Dios. David no hizo tres lugares (atrio, Lugar Santo y Lugar Santísimo) y puso el arca en su casa. La presencia de Dios no estaba oculta para nadie en la casa de David. Por eso, Dios ama restaurar el tabernáculo de David porque allí la presencia de Dios estaba a la vista y todos veían la luz que resplandecía. David tuvo la revelación de que no era por ritos ni costumbres de fariseos y saduceos que se atraía la presencia de Dios. David tuvo revelación de la adoración que se hace en los cielos con los cuatro seres vivientes y miles de ángeles que cantan todo el día. Instauró turnos de grupos sacerdotales, músicos, cantores y profetas para adorar y alabar al Señor las 24 horas del día, los 365 días del año. No solamente Israel veía la luz que resplandecía en el arca, sino también los gentiles. La manifestación de la gloria no puede estar ocultar, tiene que ser manifiesta a todos. Por eso es que Dios ama reedificar el tabernáculo caído de David. David llevó la presencia de Dios a su casa, a su familia. El arca estaba a la vista de todos, aún de los gentiles.
Salmo 24:3-5 ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón... David sabía cómo tocar el corazón de Dios. No era sacerdote pero se hizo sacerdote. Dios nos ha hecho reyes y sacerdotes en esta tierra para ofrecer sacrificios espirituales como la adoración.
El pueblo de Israel tuvo muchos reyes; los que volvieron al orden davídico de oración y adoración fueron bendecidos, como Josafat, Josías, Esdras, Nehemías. Dios quiere reedificar el tabernáculo de David que está con grietas y caído. El tabernáculo habla de la presencia de Dios. Nosotros como Iglesia somos los que tenemos que reedificar el tabernáculo porque el Espíritu Santo mora en nosotros, pero no le hemos hecho caso por muchos años. Muchas veces ni siquiera hemos tenido relación con Dios.
Amós 9:11-13 Amós vivió y profetizó cuando el templo de Salomón estaba de pie. Israel se había apartado de Ël. Cuando la presencia del Señor sea manifiesta en la Iglesia, la cosecha va a ser tan grande que multitudes desesperadas van a venir a los pies del Señor. Dios quiere restaurar en este tiempo y está restaurando y haciendo en medio de nosotros. No tenemos que descuidar la búsqueda con anhelo de la manifestación de la presencia del Señor. La presencia de Dios es una cosa y Su gracia es otra cosa; van muy relacionadas.
Señor, te damos gracias. Ayúdanos a reedificar el tabernáculo caído de David. Enséñanos de tu presencia que mora en nosotros. Ayúdanos a entender que tú vives en nosotros, que tú actúas en nosotros y que eres poderoso en nosotros. Oramos, en el nombre de Jesús.
viernes, 30 de julio de 2010
LA RESPONSABILIDAD DE LA IGLESIA EN EL MOVER DE LAS AGUAS (Julio 25, 2010)
Pastor Carlos Nanetti
Asumiendo que una persona rica diezma US$100,000 y otra pobre diezma BS10, si ambos diezman el 10% de su primicia y con corazón alegre, ¿cuál de los diezmos vale más? Todos los diezmos valen lo mismo a los ojos de Dios. El diezmo del rico o del pobre vale lo mismo: Porque es 10% del total, no es una cantidad.
¿Quién vale más en la Casa del Señor, un profeta de la Casa o una persona que se sienta en la última fila? Todos valemos igual a los ojos de Dios. El Hijo ha pagado el mismo precio por cada uno. Si bien cumplimos diferentes funciones y nos ha sido dado diferente nivel de autoridad en la Iglesia, eso no quiere decir que nuestro valor sea diferente. Él no ha pagado un precio diferente entre una persona “importante” y otra persona “menos importante”. Jesús ha pagado la misma sangre por el predicador más importante como por el más pequeño en el reino. Todos valemos lo mismo porque hemos sido comprados por el mismo precio. En cambio, según el estándar del mundo, una persona vale según la función que desempeña. Por ejemplo, para la ciudad un gobernador es mucho más importante que un albañil.
Si espiritualmente todos valemos por igual, en el mover del Espíritu tenemos igual parte que cumplir.
Debemos todos ser
Co-participantes del mover de las aguas en el río de adoración. El más pequeño como el mayor tiene la misma responsabilidad de mover las aguas, de permitir que Su presencia fluya. Cuando todos participamos en la responsabilidad, el río se mueve y entramos al río para bendición. En la Biblia hay el principio del remanente que dice que cuando el remanente obtiene algo de Dios, lo obtiene para todo el pueblo, aunque no todo el pueblo participe. David dijo que para el que va a la guerra como para el que se queda a cuidar, la distribución del botín es igual, no importando quién trabajó más o menos.
Corporativamente, como Iglesia tenemos una responsabilidad, un llamamiento, una recompensa y una bendición.
Así no asistas a la Congregación un día en que se recibe bendición, cuando ésta viene a la Casa, eres parte de la bendición. Nuestra responsabilidad colectiva es traer la presencia de Dios, ministrar al Señor y permitir que Él nos guíe y nos muestre qué es lo que tenemos que hacer como cuerpo. Cuando el cuerpo actúa, Dios desata la bendición.
Todos hemos sido comprados por Su sangre, nadie puede decir que ha ganado su salvación. La palabra redimir significa comprar en el mercado de esclavos. Todos éramos esclavos, estábamos bajo el yugo de Satanás. Ahora estamos bajo la gracia y somos responsables de mover las aguas.
Hoy en dia no son los ángeles los que mueven las aguas, ahora es la Iglesia la que mueve las aguas. En ese mover de aguas, la gente entra y es restaurada, sanada, bendecida. El paralítico de Betesda le dijo a Jesús que no podía entrar al estanque porque no había quien lo meta cuando el agua era agitada por un ángel (Juan 5:1-9). Hoy día hay quién lleve a los paralíticos al mover de las aguas: la Iglesia. Podemos juntos adorar, alabar, trabajar para que Él derrame Su presencia y quede satisfecho. Si no queda satisfecho, significa que nada hemos hecho y que sólo hemos estado juntos.
El presentar el sacrificio no es en nuestro esfuerzo. “Es como subir en el ascensor y no por las escaleras”. Dejamos que Él suba, nos hundimos en Él. Cuando entras al río de Dios, tu aflicción y necesidades van a ser quitadas. El Señor dice: nuevo nivel para mis hijos e hijas, donde los vientos soplan. Nos abandonamos al Señor y nos olvidamos de todo.
Padre, gracias por tu amor, compasión y misericordia. Santo eres tú, te alabamos y bendecimos. Señor, no hay otro como tú en cielos ni en tierra. Señor, nos rendimos ante ti. Pedimos perdón en lo que te hayamos ofendido, en cualquier cosa que hayamos hecho que no te ha agradado. Perdónanos y ayúdanos. Tu Espíritu nos ayude, nos socorra. Esperamos en ti santo Espíritu Santo, esperamos tu ayuda para rendir sacrificio al Dios y Padre, para entregarnos de manera agradable al Señor, para poder dar de verdad. Espíritu Santo, ayúdanos a ser un solo sacrificio, como dice la Escritura, santo y agradable. Guíanos Espíritu Santo. Por tu guía y por los méritos del Cordero nos acercamos al trono de la gracia y confiadamente presentamos a ti un solo sacrificio fruto de labios que alaban tu nombre. Presentamos delante de ti un solo cuerpo, una sola fe, un solo bautismo, un solo sacrificio que ponemos en el altar como sacrificio agradable a Dios. Amén.
PREDICA SOBRE LA GRACIA (Parte XIII) – (Julio 25, 2010)
Pastor Carlos Nanetti
1. Tomar gracia sobre gracia requiere de Su plenitud (“todo”)
Juan 1:16 De su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Plenitud significa el todo. Para el hebreo, el todo era muy importante. Por eso, Jesús habló de las parábolas de la mujer que perdió la moneda (Lucas 15:8-10), y del pastor que buscó la oveja perdida (Lucas 15:4-7). En nuestra cultura, el todo no es importante. Por ejemplo, llegamos tarde a la reunión en la Congregación o no acabamos las cosas y las dejamos a medio hacer. O, nuestros gobiernos dejan muchos proyectos a medias o abandonados, con muchas inversiones mal hechas. No tenemos enraizado en nosotros el concepto de la plenitud, del todo.
Para el hebreo era muy importante acabar el todo, era parte de su genética, de la enseñanza recibida. Por ello, los judíos hasta ahora quieren tener toda la tierra que creen les corresponde, quieren tener toda la ciudad de Jerusalén. El asunto es el concepto. Del todo de Jesús tomamos nosotros, no sólo de una parte de Él. Aunque una parte fuera excesivamente buena, no tomamos de una parte de Él, sino de Su todo.
2. Vida y muerte hacen el todo (plenitud) de Jesús, no solamente Su muerte
Si no entendemos el todo de Jesús, no podemos entender el Evangelio. El problema en muchas Congregaciones es que se predica un Evangelio de una parte. Él no solamente ha muerto, Él vive. Muchas veces nos quedamos en la muerte y no entendemos la vida. Vida y muerte hacen la plenitud. Nuestro Evangelio es a medias, no es del todo. La Iglesia necesita revelación del todo. Predicamos a quién Él era. Cuando tengamos revelación de quién Él Es, la vida de la Iglesia va a cambiar radicalmente. Debemos cambiar la vida de la Iglesia a la imagen y semejanza que Él pensó. No podemos hacer esto si no entendemos realmente la plenitud de Él. Podemos intentar rebelarnos, aunque no es la solución, necesitamos desesperadamente de la revelación de la gracia sobre gracia. Él vivió y murió.
Él no solamente murió, Él vive. El no solamente era, Él es. Necesitamos dos medidas de gracia. La sobre gracia es más rica que la gracia.
3. La revelación de la plenitud (Su obra completa), nos permitirá:
3.1 Ser trasladados de la ley del pecado (muerte) a la ley de vida (vida en el Espíritu)
Hebreos 7:1-11 Abraham dio a Melquisedec los diezmos del todo. Si quieres cumplir, tienes que cumplir con todo. La palabra perfección (v. 11) no solamente habla de madurez, sino de completar. El completar de la vida de Dios en el hombre significa acabar la obra que Él nos da, por esto dice: “sean completos como Yo soy completo”. Cambiar el sacerdocio (v. 12) significa que el sacerdocio de la ley no pudo completar el trabajo, no pudo traer la plenitud. Entonces, ¿qué se necesitaba? Otro sacerdocio. Cambiando el sacerdocio es necesario también que haya cambio de ley. Este es el asunto más trascendental para entender la diferencia entre Su muerte y Su vida. En Su muerte somos libres del pecado, pagamos la deuda de la ley, somos libres de la maldición, somos libres de nuestra propia voluntad (nuestro yo). En la vida de Él (no Su muerte), hemos sido trasladados de una ley a otra ley. Su vida nos lleva a otra ley. Es importante entender esto.
3.2 Recibir mucha más gracia y el don de Dios
Romanos 5:15-17 “Abundaron mucho más” la gracia y el don de Dios por Su vida. Abundancia se refiere al total de la gracia. Por Su vida recibimos mucho más. Hay mucho más. La Iglesia necesita mucho más. Necesitamos conseguir mucha más revelación sobre cómo vivir la plenitud. Cuántos hermanos que dicen que quieren hacer la voluntad y propósito de Dios. En cuanto Dios les envia una prueba, ellos ven lo bueno y van tras lo bueno, mientras que Dios quiere que rindan su voluntad. Por ejemplo, ¿por qué llegamos tarde a las reuniones de la Congregación, sabiendo que se trata de una cita con Dios? ¿Por qué somos a veces desobedientes a lo que sabemos Dios quiere de nosotros? ¿Por qué no compartimos muchas veces la palabra con nuestros hijos? Esto sucede porque algo nos falta a todos en la Casa, en la Iglesia. Ese “algo” es que no tenemos revelación de la plenitud de Cristo. Si veríamos el todo, recibiríamos el “mucho más”. Y, este “mucho más”, tomaría control de nuestras vidas y todo sería transformado en la Iglesia.
Él ya ha completado la prueba más alta para que recibamos MUCHA MAS gracia y el don de Dios.
3.3 Ver Su verdadera identidad (gloria) y sus vestidos relampagueantes
Lucas 9:22 Jesús dijo a sus discípulos que era necesario que muera. Ellos se sintieron decepcionados y frustrados. Toda su mentalidad era que el Mesías tenía que venir para reinar, entonces, ¿cómo era posible que muera?
Lucas 9:28-36 Después de ocho días de silencio, Jesús tomó a Pedro, Juan y Jacobo y subió al monte a orar. Pedro representa el principio, fue el iniciador de la Iglesia, fue la voz que comenzó la gran cosecha. El estaba pescando cuando fue llamado por Jesús. Pedro fue llamado pescador de hombres. Juan fue el discípulo que permaneció hasta el fin. Representa el final de la Iglesia. El vio la corrupción y restauración de la Iglesia, y vio a Cristo sentado en el trono. Pedro representa el alfa, Juan representa la omega. Jacobo fue el primero de los discípulos en ser sacrificado. Representa el primer diezmo, la primera ofrenda. Pedro, Jacobo y Juan representan el todo, la plenitud, la obra concluida, la gracia sobre gracia. Jesús fue con los tres al monte. No fue solamente con Pedro, o solo con Juan, o solo con Jacobo. Jesús subió al monte a orar con una profecía del todo. Él es el Hombre de la plenitud, Él es el Hombre del todo.
¿Qué pasa cuando en el monte Jesús ora entendiendo que tenía el todo? La apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestido blanco y resplandeciente. La palabra griega para resplandecer significa comenzar a brillar como relámpago, comenzar a relampaguear. Cuando la apariencia de Su rostro cambió y sus vestidos resplandecieron, significa que salió lo que estaba escondido, su verdadera identidad. Lo que estaba dentro se dejó ver y en sus vestidos comenzó a haber brillo de relámpagos. Con la obra completa, el monte y la oración, la apariencia de Su rostro se hizo otra y sus vestidos resplandecieron.
3.4 Ver a Jesús según el Espíritu y ya no sólo conocerlo según la carne
2 Corintios 5:15-16 ¿Todavía conoces a Jesús según la carne, o le conoces con la otra apariencia de su rostro? Conocer a Jesús según la carne significa conocer el Jesús que hacía los milagros, que caminaba sobre las aguas, que murió en una cruz para redimir nuestros pecados y hacerse maldición. ¿Qué pasó aquel dia de la transfiguración? La vida del Espíritu salió y ellos vieron a Jesús en el espíritu. Los discípulos vieron Su rostro en el espíritu, ya no en la carne.
El problema es que en la Iglesia se predicaba y se predica sobre la obra que Jesús ha venido a hacer en la carne, y sobre la obra que ha venido a acabar en la cruz. El Cristo que conocemos es según la carne y debemos entender a Cristo en el Espíritu. Esto significa que predicamos el Evangelio a medias y, por lo tanto, nuestra transformación también es a medias. Esto significa que no podemos llevar el testimonio que Dios quiere porque no conocemos la plenitud. Tenemos que lidiar con la plenitud y el monte, que representan la riqueza de gracia sobre gracia.
3.5 Ser perfeccionados para verlo cara a cara y tener revelación del que Es
Job 2:4-7 Cuando no conoces la plenitud, el todo, ¿cómo perfeccionas a un perfecto, a aquel que piensa que ya está completo? Esa es la historia de Job. No pienses en perfecto como piensa el hombre, en que “solo Dios es perfecto”, ni pienses como Job que pensaba que ya era perfecto. Al principio, entre sus bendiciones tenía hijos, hijas y riqueza. Pensó que ya había alcanzado todo el propósito. Pero, Dios lo miraba y veía que no estaba completo. Como Iglesia pensamos que estamos completos porque tenemos el Evangelio, pero no tenemos el Evangelio completo.
Pensamos que tenemos todo lo que tenemos, pero no tenemos todo lo que debemos tener. Por eso, no llevamos el fruto completo porque no entendemos el todo.
Cuidado con conformarse y pensar que ya tienes el todo. Job no entendía el todo y vivía feliz. Le faltaba añadir una porción. Entonces, Dios decide tratar con este asunto para perfeccionar al “perfecto”. La Biblia dice: “no rasgarás las vestiduras del sacerdote”. Dios quiere rasgarle a Job las vestiduras sagradas. Dios manda a traer a Satanás quién le rasga las vestiduras a Job. Después de que son destruidas todas sus posesiones, Satanás hiere a Job con una sarna. Job se sienta en las cenizas y se echa polvo, lo que significa que estaba en gran lamento. Esta es la condición humana sin Dios. El “perfecto” Job es una sola sarna, rascándose con un pedazo roto de cerámica.
Job 2:11 Vienen los tres amigos más cercanos de Job que eran Elifaz temanita, Bildad suhita y Zofar naamatita. Cuando no tenemos la plenitud, como nos falta y no tenemos el todo, como no sabemos cómo completar, buscamos de las herramientas humanas. Elifaz temanita venía de Teman, pueblo famoso por su sabiduría humana. Trato de sanar a Job basado en la experiencia humana. Esto sucede también en la Iglesia cuando se trata de sanarla con la experiencia humana porque no tenemos el todo y no entendemos la revelación. Bildad suhita era el descendiente de uno de los seis hijos que Abraham tuvo con Cetura, una gentil. Cetura quiera decir el perfume del mundo, el perfume humanista. La defensa de Bildad se basa en la tradición humana. Cuando no tenemos la revelación del todo, queremos mirar la tradición humana y eso entra en la Iglesia. Zofar naamatita habla a Job y trata de sanarlo a partir del mérito humano.
Estos tres varones trataron de solucionar la situación de Job desde el punto de vista de la experiencia, tradición y mérito humanos, en estos tres asuntos descansa la sabiduría del hombre, en la experiencia descansa la ciencia, en el merito los logros, y en la tradición su inteligencia. Estos tres todo lo que hicieron fue complicar la situación de Job. Lo mismo sucede cuando se trata de sanar a la Iglesia a partir de la experiencia, tradición y mérito humanos.
Hay que reconocer que tenemos problemas en la Iglesia. Nos reunimos y falta en la Casa y en su liderazgo la revelación de la plenitud. Cometemos errores porque no vemos.
Job 29:2-12 Este es un relato de las maravillas que Job hacía antes cuando pensaba que era completo, mientras que Dios veía que estaba incompleto. De la misma manera, en la Iglesia tenemos personas ungidas, llenas de poder y pensamos que estamos completos cuando en realidad predicamos un Evangelio a medias . ¿Qué necesitamos? Necesitamos una revelación de la plenitud. Necesitamos una revelación que la Iglesia no tiene todavía.
Job 40:3-5 Job reconoce que está incompleto y prefiere callarse. Hay gracia, pero hay sobre gracia. No te conformes sólo con la gracia. Obtiene gracia y sobre gracia.
Job 42:1-9 ¡Cuántas cosas hemos hablado que no eran correctas! ¡Cuántas cosas humanas hemos introducido en el campamento! Vamos a la librería humana y buscamos a los buenos hombres, porque hay algo que nos falta y queremos “hacer bien” delante del Señor. Pero, los métodos humanos no funcionan. Requerimos entender el concepto de plenitud.
Job 42:10 Al final, Job tiene el doble de bendiciones en relación al inicio. Antes tenía la mitad y pensaba que estaba completo. Un Evangelio “a la mitad” puede hacer más daño que si no hubiera Evangelio.
3.6 Hacer tesoros para el cielo
Lucas 18:18-23 Un joven rico le preguntó a Jesús qué debía hacer para heredar la vida eterna. Jesús le dice que debe guardar los mandamientos, pero además le dice que venda todo lo que tenga y de a los pobres para tener tesoro en el cielo. El joven rico al oír esto se puso muy triste porque era muy rico, no pudo completar la obra, no pudo hacer el todo, porque no tenía la revelación completa de Cristo.
3.7 Entender la vida del Espíritu
Santiago 1:2-4 La paciencia debe tener su obra completa para que seamos perfectos y cabales, sin que nos falte cosa alguna.
Santiago 2:14 -26 La obra completa no solamente habla de la obra completa que tienes que hacer, lo que tienes que completar, pero también habla de la obra completa de Cristo. Él tiene una obra completa porque Él ya ha completado: de Su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia (Juan 1:16).
Juan 3:1-8 Jesús está hablando con Nicodemo, un frustrado de la obra incompleta. ¿No estás tu frustrado de lo incompleto porque percibes que a la Iglesia le falta algo, que a tu vida le falta algo? Nicodemo estaba frustrado por la pura religión: leía una cosa y vivía otra cosa totalmente opuesta. Por lo menos nosotros leemos algo y vivimos la mitad.
En hebreo, la palabra para espíritu es viento. En griego, la palabra para espíritu o viento es pnuma. Jesús le dice a Nicodemo que como todo nacido de nuevo, no conocía el viento, es decir, no entendía la vida del Espíritu (v. 8). La Biblia habla del viento una y otra vez . Dios quiere soplar el viento, de tal manera y en tal dirección, que nos lleve a ver lo que no vemos, a completar lo incompleto, a tener lo que no tenemos. Dios está soplando Su viento en toda la tierra.
3.8 Tener como Iglesia la revelación del que Es
Lucas 24:13-35 Dos de los discípulos que anduvieron con Jesús por poco más de tres años, estaban andando en el camino a Emaús. Iban hablando entre sí de lo que había acontecido. Sucedió que mientras hablaban entre sí, Jesús se les acercó y caminaba con ellos. Sus ojos estaban velados y no le reconocieron. Conocían al Jesús que Era: al que los sanó, consoló, ayudó y murió por ellos. Pero, no conocían al Cristo que resucitó. Sus ojos estaban velados porque no podían ver al que Es, conocían al que Era. De la misma manera, la Iglesia no puede ver al que Es. Predicamos al que Era, porque Él bendice y gana almas. Uno de los apóstoles le dijo a Jesús (v. 18): ¿eres tú el único forastero en Jerusalén que no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos días? Jesús les pareció un forastero, es decir, no tenía ni siquiera cara de judío. De la misma manera, en la transfiguración en el monte, cuando Pedro, Juan y Jacobo vieron a Jesús no le conocieron.
Los discípulos describen al que Era (v. 19-20): Jesús nazareno, varón profeta, poderoso en obra y en palabra, entregado a muerte por los principales sacerdotes y gobernantes, crucificado. Esto es mitad del Evangelio. La Iglesia del Señor sólo mira al que Era, de la misma manera que aquellos dos discípulos no conocían al que Es, al que vive, porque sus ojos estaban velados.
Al tomar el pan y bendecirlo (v. 30), Jesús trajo el cielo a la tierra. Trae tu diezmo y levanta tu mano al Señor y Él va a traer pan y vino y el cielo va a venir. Cuando los discípulos recibieron el pan, sus ojos fueron abiertos y le reconocieron. ¿Qué tenia la Iglesia primera (representada por los discípulos) que no tiene la Iglesia actual? Que ellos finalmente le reconocieron. Ellos vieron algo que no hemos visto todavía. Necesitamos ver desesperadamente.
3.9 Dar como Iglesia la adoración al que Es
Apocalipsis 4:8 Los seres vivientes o celestiales no tienen necesidad de ninguna revelación, están donde no es necesario buscarla. Este versículo habla de la adoración celestial de los seres vivientes al Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. Así también es la adoración de la Iglesia que no tiene revelación. Cuando Juan vio el libro sellado, lloraba porque no había revelación. Sin revelación, se adora al que era, al que es y al que ha de venir. Nosotros necesitamos una revelación más alta porque administramos el reino y llevamos el testimonio del Señor. Necesitamos ver el todo.
Apocalipsis 11:16–17 Los veinticuatro ancianos en el Antiguo Testamento representan al pueblo, y en el Nuevo Testamento representan a la Iglesia. Cuando la Iglesia se levante, se postrará sobre su rostro, adorando a Dios y diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir. Actualmente, ¿cuál es la revelación de la Iglesia? El que Eres. ¿Cuál es la revelación de los seres vivientes? El que Era. En Emaús, la revelación de los discípulos era el que Era. Falta la revelación de los veinticuatro ancianos del que Es. Podemos ver al que Era, somos expertos en predicar al que Era. No entendemos al que Es. Si viéramos al que Es, nuestra vida sería tan transformada que estaríamos todo tiempo temblando ante la presencia del Señor.
El que Es está sentado en el centro del trono, tiene todo poder y autoridad. Es llamado Señor de Señores, Rey de Reyes, su ropa está teñida de sangre, de su boca sale una espada afilada, y ante Él los reyes de la tierra se cubren y dicen: ayúdanos. Como todavía no entendemos al que Es, nos atrevemos a orar o no, disciplinar o no a nuestros hijos, llegar tarde a las reuniones de la Congregación.
La Iglesia predica un Evangelio incompleto porque todavía no entiende al que Es.
Apocalipsis 1:4 El que Es, Era y ha de Venir
Apocalipsis 1:8 Alfa y omega, principio y fin, el que Es, Era y ha de Venir, el Todopoderoso.
3.10 Ser uno con El que Es y cambiar nuestras vestiduras como Iglesia
Apocalipsis 11:19 Cuando Jesús se transfiguró, mostrando quien era en el Espíritu, su ropa resplandeció como el brillo del relámpago La vestimenta relampagueante del Señor será una Iglesia transformada que ve y entiende al que Es.
(La iglesia es la vestidura del Señor) Así será la transformación cuando veamos y entendamos al que Es: vestimentas con relámpagos. Como Iglesia, entendemos muy bien al que Era y predicamos el Evangelio del que Era, porque todavía no vemos al que Es. Por eso, todavía no salen relámpagos de nuestros vestidos.
La Iglesia va a ser gloriosa cuando Dios nos quite la venda, y veamos que somos uno con el que Es, con ropas que relampaguean.
Lucas 9:28-36 Aunque se acababa de manifestar el que Es (Pedro, Juan y Jacobo vieron que la apariencia de Su rostro se hizo otra y que su vestido blanco resplandecía, y vieron la gloria de Jesús), Pedro seguía pensando en el que Era. Pedro le dice a Jesús que sería “bueno” hacer tres enramadas, lo que significaba poner a Jesús a la misma estatura (nivel) que Moisés y Elías. Cuando Dios abra nuestros ojos, nos mostrará al que se sienta en el trono, al que cabalga en el caballo blanco y que guía a los ejércitos de Dios. ¡Cómo seremos transformados cuando podamos oír y mirar al que Es!
3.11 Dar a conocer como Iglesia Su poder y venida
2 Pedro 1:16-18 Pedro vio en el monte la gloria de Jesús. Como vio con sus propios ojos Su majestad, nos pudo dar a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo. ¿Has visto Su majestad? En el monte santo Jesús recibió honra y gloria de Dios y el sacerdocio según Melquisedec. Cuando hay nuevo sacerdocio es necesario el cambio de ley. Él completó la obra en su vida para que tengamos mucho más. Sólo podía ser hecho sacerdote según Melquisedec aquel que sea santo, sin mancha ni arruga y que tenga capacidad de penetrar a la presencia de Dios por sus propios méritos. Solo hay uno que puede hacer esto: Jesucristo, quién aquel día de la transfiguración recibió honra y gloria. Los sacerdotes reciben honra y gloria cuando son hechos Sumos sacerdotes.
4. ¿Cómo podemos tener revelación del que Es? Por medio de la renovación de nuestro entendimiento a través de la palabra revelada y al ver la gloria del Señor
Solamente cuando le veamos vamos a ser como Él es y vamos a relampaguear. En el Nuevo Testamento sólo hay tres referencias para la palabra transfiguró, que en griego es metamorfosis.
Mateo 17:1-2 Transfiguró es la palabra metamorfosis en griego.
Romanos 12:2 “Transformándonos por medio de la renovación de nuestro entendimiento”. La palabra griega para transformar es la misma que se utiliza para transfigurar (metamorfosis). Este versículo se lee entonces: “no se conformen a este siglo, sino transfórmense (haya transfiguración en ustedes, haya metamorfosis en ustedes) por medio de la renovación de su entendimiento”. Transformarse significa entender al que Es. ¿Cómo vamos a transformarnos (transfigurarnos, tener metamorfosis)?
1. Romanos 12:2 Por medio de la revelación de la palabra.
2. Necesitamos ver la gloria del que Es. Mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados (transfigurados, tenemos metamorfosis) de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor (2 Corintios 3:18).
¿Cuál es nuestra parte para saber sobre el que Es? Renovar nuestra mente con la palabra revelada y mirar Su gloria para que el cuerpo de Cristo tenga la misma transfiguración que Él tuvo en el monte y para que nuestros vestidos relampagueen.
En resumen, Jesús subió con Pedro, Juan y Jacobo a orar al monte porque no podía irse sin la obra completa. En el monte, Jesús recibió el
sacerdocio según la orden de Melquisedec para hacer completa la obra en Su vida para que tú como Iglesia puedas ver su Majestad y para que la Iglesia pueda ser transformada. Ora y clama por un espíritu de revelación y sabiduría para poder verlo como Él es. Necesitamos cambiar de ver y oír al “varón profeta, poderoso en obra y en palabra” (Lucas 24:19) a conocer a Jesucristo en el espíritu y ya no en la carne (como dice Pablo en 2 Corintios 5:16). Lo que ha hecho el que Era es una gran maravilla. Ahora quiere obrar el que Es.
Amamos la obra del que Era, sin lugar a dudas. Pero, ¿podemos predicar algo que no hemos visto? No podemos. Podremos predicar del que Es sólo cuando lo hayamos visto. ¿Cuándo empezaremos a predicar del que Es? ¿Cuándo empezarán a relampaguear nuestros vestidos? Cuando le veamos como Él es. El dia que la Iglesia le vea como Él Es, todo va a cambiar en la Iglesia del Señor. Ya no veremos ni negro ni blanco, no habrá racismo ni prejuicios. Todos correremos a orar. ¿Por qué ahora no corremos muy temprano a la oración? Porque todavía no le hemos visto como Él es. Si lo verías sentado en el trono, temblarías a su presencia y Él se manifestaría en gran manera. No es nuestra culpa, todos hemos sido enseñados en el que Era. Nadie es mayor, no se ha tenido todavía la revelación.
El diezmo es el primer 10% del todo. Vale lo mismo el diezmo del más pobre como del más rico, porque por todos ha sido pagada la misma sangre, el mismo precio. Todos necesitamos la misma revelación. Todos necesitamos ver al que Es. Necesitamos con desesperación ver al que Es. Si no le vemos, nuestra vida no va a ser cambiada. Necesitamos verlo a Él de una nueva manera.
Asumiendo que una persona rica diezma US$100,000 y otra pobre diezma BS10, si ambos diezman el 10% de su primicia y con corazón alegre, ¿cuál de los diezmos vale más? Todos los diezmos valen lo mismo a los ojos de Dios. El diezmo del rico o del pobre vale lo mismo: Porque es 10% del total, no es una cantidad.
¿Quién vale más en la Casa del Señor, un profeta de la Casa o una persona que se sienta en la última fila? Todos valemos igual a los ojos de Dios. El Hijo ha pagado el mismo precio por cada uno. Si bien cumplimos diferentes funciones y nos ha sido dado diferente nivel de autoridad en la Iglesia, eso no quiere decir que nuestro valor sea diferente. Él no ha pagado un precio diferente entre una persona “importante” y otra persona “menos importante”. Jesús ha pagado la misma sangre por el predicador más importante como por el más pequeño en el reino. Todos valemos lo mismo porque hemos sido comprados por el mismo precio. En cambio, según el estándar del mundo, una persona vale según la función que desempeña. Por ejemplo, para la ciudad un gobernador es mucho más importante que un albañil.
Si espiritualmente todos valemos por igual, en el mover del Espíritu tenemos igual parte que cumplir.
Debemos todos ser
Co-participantes del mover de las aguas en el río de adoración. El más pequeño como el mayor tiene la misma responsabilidad de mover las aguas, de permitir que Su presencia fluya. Cuando todos participamos en la responsabilidad, el río se mueve y entramos al río para bendición. En la Biblia hay el principio del remanente que dice que cuando el remanente obtiene algo de Dios, lo obtiene para todo el pueblo, aunque no todo el pueblo participe. David dijo que para el que va a la guerra como para el que se queda a cuidar, la distribución del botín es igual, no importando quién trabajó más o menos.
Corporativamente, como Iglesia tenemos una responsabilidad, un llamamiento, una recompensa y una bendición.
Así no asistas a la Congregación un día en que se recibe bendición, cuando ésta viene a la Casa, eres parte de la bendición. Nuestra responsabilidad colectiva es traer la presencia de Dios, ministrar al Señor y permitir que Él nos guíe y nos muestre qué es lo que tenemos que hacer como cuerpo. Cuando el cuerpo actúa, Dios desata la bendición.
Todos hemos sido comprados por Su sangre, nadie puede decir que ha ganado su salvación. La palabra redimir significa comprar en el mercado de esclavos. Todos éramos esclavos, estábamos bajo el yugo de Satanás. Ahora estamos bajo la gracia y somos responsables de mover las aguas.
Hoy en dia no son los ángeles los que mueven las aguas, ahora es la Iglesia la que mueve las aguas. En ese mover de aguas, la gente entra y es restaurada, sanada, bendecida. El paralítico de Betesda le dijo a Jesús que no podía entrar al estanque porque no había quien lo meta cuando el agua era agitada por un ángel (Juan 5:1-9). Hoy día hay quién lleve a los paralíticos al mover de las aguas: la Iglesia. Podemos juntos adorar, alabar, trabajar para que Él derrame Su presencia y quede satisfecho. Si no queda satisfecho, significa que nada hemos hecho y que sólo hemos estado juntos.
El presentar el sacrificio no es en nuestro esfuerzo. “Es como subir en el ascensor y no por las escaleras”. Dejamos que Él suba, nos hundimos en Él. Cuando entras al río de Dios, tu aflicción y necesidades van a ser quitadas. El Señor dice: nuevo nivel para mis hijos e hijas, donde los vientos soplan. Nos abandonamos al Señor y nos olvidamos de todo.
Padre, gracias por tu amor, compasión y misericordia. Santo eres tú, te alabamos y bendecimos. Señor, no hay otro como tú en cielos ni en tierra. Señor, nos rendimos ante ti. Pedimos perdón en lo que te hayamos ofendido, en cualquier cosa que hayamos hecho que no te ha agradado. Perdónanos y ayúdanos. Tu Espíritu nos ayude, nos socorra. Esperamos en ti santo Espíritu Santo, esperamos tu ayuda para rendir sacrificio al Dios y Padre, para entregarnos de manera agradable al Señor, para poder dar de verdad. Espíritu Santo, ayúdanos a ser un solo sacrificio, como dice la Escritura, santo y agradable. Guíanos Espíritu Santo. Por tu guía y por los méritos del Cordero nos acercamos al trono de la gracia y confiadamente presentamos a ti un solo sacrificio fruto de labios que alaban tu nombre. Presentamos delante de ti un solo cuerpo, una sola fe, un solo bautismo, un solo sacrificio que ponemos en el altar como sacrificio agradable a Dios. Amén.
PREDICA SOBRE LA GRACIA (Parte XIII) – (Julio 25, 2010)
Pastor Carlos Nanetti
1. Tomar gracia sobre gracia requiere de Su plenitud (“todo”)
Juan 1:16 De su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Plenitud significa el todo. Para el hebreo, el todo era muy importante. Por eso, Jesús habló de las parábolas de la mujer que perdió la moneda (Lucas 15:8-10), y del pastor que buscó la oveja perdida (Lucas 15:4-7). En nuestra cultura, el todo no es importante. Por ejemplo, llegamos tarde a la reunión en la Congregación o no acabamos las cosas y las dejamos a medio hacer. O, nuestros gobiernos dejan muchos proyectos a medias o abandonados, con muchas inversiones mal hechas. No tenemos enraizado en nosotros el concepto de la plenitud, del todo.
Para el hebreo era muy importante acabar el todo, era parte de su genética, de la enseñanza recibida. Por ello, los judíos hasta ahora quieren tener toda la tierra que creen les corresponde, quieren tener toda la ciudad de Jerusalén. El asunto es el concepto. Del todo de Jesús tomamos nosotros, no sólo de una parte de Él. Aunque una parte fuera excesivamente buena, no tomamos de una parte de Él, sino de Su todo.
2. Vida y muerte hacen el todo (plenitud) de Jesús, no solamente Su muerte
Si no entendemos el todo de Jesús, no podemos entender el Evangelio. El problema en muchas Congregaciones es que se predica un Evangelio de una parte. Él no solamente ha muerto, Él vive. Muchas veces nos quedamos en la muerte y no entendemos la vida. Vida y muerte hacen la plenitud. Nuestro Evangelio es a medias, no es del todo. La Iglesia necesita revelación del todo. Predicamos a quién Él era. Cuando tengamos revelación de quién Él Es, la vida de la Iglesia va a cambiar radicalmente. Debemos cambiar la vida de la Iglesia a la imagen y semejanza que Él pensó. No podemos hacer esto si no entendemos realmente la plenitud de Él. Podemos intentar rebelarnos, aunque no es la solución, necesitamos desesperadamente de la revelación de la gracia sobre gracia. Él vivió y murió.
Él no solamente murió, Él vive. El no solamente era, Él es. Necesitamos dos medidas de gracia. La sobre gracia es más rica que la gracia.
3. La revelación de la plenitud (Su obra completa), nos permitirá:
3.1 Ser trasladados de la ley del pecado (muerte) a la ley de vida (vida en el Espíritu)
Hebreos 7:1-11 Abraham dio a Melquisedec los diezmos del todo. Si quieres cumplir, tienes que cumplir con todo. La palabra perfección (v. 11) no solamente habla de madurez, sino de completar. El completar de la vida de Dios en el hombre significa acabar la obra que Él nos da, por esto dice: “sean completos como Yo soy completo”. Cambiar el sacerdocio (v. 12) significa que el sacerdocio de la ley no pudo completar el trabajo, no pudo traer la plenitud. Entonces, ¿qué se necesitaba? Otro sacerdocio. Cambiando el sacerdocio es necesario también que haya cambio de ley. Este es el asunto más trascendental para entender la diferencia entre Su muerte y Su vida. En Su muerte somos libres del pecado, pagamos la deuda de la ley, somos libres de la maldición, somos libres de nuestra propia voluntad (nuestro yo). En la vida de Él (no Su muerte), hemos sido trasladados de una ley a otra ley. Su vida nos lleva a otra ley. Es importante entender esto.
3.2 Recibir mucha más gracia y el don de Dios
Romanos 5:15-17 “Abundaron mucho más” la gracia y el don de Dios por Su vida. Abundancia se refiere al total de la gracia. Por Su vida recibimos mucho más. Hay mucho más. La Iglesia necesita mucho más. Necesitamos conseguir mucha más revelación sobre cómo vivir la plenitud. Cuántos hermanos que dicen que quieren hacer la voluntad y propósito de Dios. En cuanto Dios les envia una prueba, ellos ven lo bueno y van tras lo bueno, mientras que Dios quiere que rindan su voluntad. Por ejemplo, ¿por qué llegamos tarde a las reuniones de la Congregación, sabiendo que se trata de una cita con Dios? ¿Por qué somos a veces desobedientes a lo que sabemos Dios quiere de nosotros? ¿Por qué no compartimos muchas veces la palabra con nuestros hijos? Esto sucede porque algo nos falta a todos en la Casa, en la Iglesia. Ese “algo” es que no tenemos revelación de la plenitud de Cristo. Si veríamos el todo, recibiríamos el “mucho más”. Y, este “mucho más”, tomaría control de nuestras vidas y todo sería transformado en la Iglesia.
Él ya ha completado la prueba más alta para que recibamos MUCHA MAS gracia y el don de Dios.
3.3 Ver Su verdadera identidad (gloria) y sus vestidos relampagueantes
Lucas 9:22 Jesús dijo a sus discípulos que era necesario que muera. Ellos se sintieron decepcionados y frustrados. Toda su mentalidad era que el Mesías tenía que venir para reinar, entonces, ¿cómo era posible que muera?
Lucas 9:28-36 Después de ocho días de silencio, Jesús tomó a Pedro, Juan y Jacobo y subió al monte a orar. Pedro representa el principio, fue el iniciador de la Iglesia, fue la voz que comenzó la gran cosecha. El estaba pescando cuando fue llamado por Jesús. Pedro fue llamado pescador de hombres. Juan fue el discípulo que permaneció hasta el fin. Representa el final de la Iglesia. El vio la corrupción y restauración de la Iglesia, y vio a Cristo sentado en el trono. Pedro representa el alfa, Juan representa la omega. Jacobo fue el primero de los discípulos en ser sacrificado. Representa el primer diezmo, la primera ofrenda. Pedro, Jacobo y Juan representan el todo, la plenitud, la obra concluida, la gracia sobre gracia. Jesús fue con los tres al monte. No fue solamente con Pedro, o solo con Juan, o solo con Jacobo. Jesús subió al monte a orar con una profecía del todo. Él es el Hombre de la plenitud, Él es el Hombre del todo.
¿Qué pasa cuando en el monte Jesús ora entendiendo que tenía el todo? La apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestido blanco y resplandeciente. La palabra griega para resplandecer significa comenzar a brillar como relámpago, comenzar a relampaguear. Cuando la apariencia de Su rostro cambió y sus vestidos resplandecieron, significa que salió lo que estaba escondido, su verdadera identidad. Lo que estaba dentro se dejó ver y en sus vestidos comenzó a haber brillo de relámpagos. Con la obra completa, el monte y la oración, la apariencia de Su rostro se hizo otra y sus vestidos resplandecieron.
3.4 Ver a Jesús según el Espíritu y ya no sólo conocerlo según la carne
2 Corintios 5:15-16 ¿Todavía conoces a Jesús según la carne, o le conoces con la otra apariencia de su rostro? Conocer a Jesús según la carne significa conocer el Jesús que hacía los milagros, que caminaba sobre las aguas, que murió en una cruz para redimir nuestros pecados y hacerse maldición. ¿Qué pasó aquel dia de la transfiguración? La vida del Espíritu salió y ellos vieron a Jesús en el espíritu. Los discípulos vieron Su rostro en el espíritu, ya no en la carne.
El problema es que en la Iglesia se predicaba y se predica sobre la obra que Jesús ha venido a hacer en la carne, y sobre la obra que ha venido a acabar en la cruz. El Cristo que conocemos es según la carne y debemos entender a Cristo en el Espíritu. Esto significa que predicamos el Evangelio a medias y, por lo tanto, nuestra transformación también es a medias. Esto significa que no podemos llevar el testimonio que Dios quiere porque no conocemos la plenitud. Tenemos que lidiar con la plenitud y el monte, que representan la riqueza de gracia sobre gracia.
3.5 Ser perfeccionados para verlo cara a cara y tener revelación del que Es
Job 2:4-7 Cuando no conoces la plenitud, el todo, ¿cómo perfeccionas a un perfecto, a aquel que piensa que ya está completo? Esa es la historia de Job. No pienses en perfecto como piensa el hombre, en que “solo Dios es perfecto”, ni pienses como Job que pensaba que ya era perfecto. Al principio, entre sus bendiciones tenía hijos, hijas y riqueza. Pensó que ya había alcanzado todo el propósito. Pero, Dios lo miraba y veía que no estaba completo. Como Iglesia pensamos que estamos completos porque tenemos el Evangelio, pero no tenemos el Evangelio completo.
Pensamos que tenemos todo lo que tenemos, pero no tenemos todo lo que debemos tener. Por eso, no llevamos el fruto completo porque no entendemos el todo.
Cuidado con conformarse y pensar que ya tienes el todo. Job no entendía el todo y vivía feliz. Le faltaba añadir una porción. Entonces, Dios decide tratar con este asunto para perfeccionar al “perfecto”. La Biblia dice: “no rasgarás las vestiduras del sacerdote”. Dios quiere rasgarle a Job las vestiduras sagradas. Dios manda a traer a Satanás quién le rasga las vestiduras a Job. Después de que son destruidas todas sus posesiones, Satanás hiere a Job con una sarna. Job se sienta en las cenizas y se echa polvo, lo que significa que estaba en gran lamento. Esta es la condición humana sin Dios. El “perfecto” Job es una sola sarna, rascándose con un pedazo roto de cerámica.
Job 2:11 Vienen los tres amigos más cercanos de Job que eran Elifaz temanita, Bildad suhita y Zofar naamatita. Cuando no tenemos la plenitud, como nos falta y no tenemos el todo, como no sabemos cómo completar, buscamos de las herramientas humanas. Elifaz temanita venía de Teman, pueblo famoso por su sabiduría humana. Trato de sanar a Job basado en la experiencia humana. Esto sucede también en la Iglesia cuando se trata de sanarla con la experiencia humana porque no tenemos el todo y no entendemos la revelación. Bildad suhita era el descendiente de uno de los seis hijos que Abraham tuvo con Cetura, una gentil. Cetura quiera decir el perfume del mundo, el perfume humanista. La defensa de Bildad se basa en la tradición humana. Cuando no tenemos la revelación del todo, queremos mirar la tradición humana y eso entra en la Iglesia. Zofar naamatita habla a Job y trata de sanarlo a partir del mérito humano.
Estos tres varones trataron de solucionar la situación de Job desde el punto de vista de la experiencia, tradición y mérito humanos, en estos tres asuntos descansa la sabiduría del hombre, en la experiencia descansa la ciencia, en el merito los logros, y en la tradición su inteligencia. Estos tres todo lo que hicieron fue complicar la situación de Job. Lo mismo sucede cuando se trata de sanar a la Iglesia a partir de la experiencia, tradición y mérito humanos.
Hay que reconocer que tenemos problemas en la Iglesia. Nos reunimos y falta en la Casa y en su liderazgo la revelación de la plenitud. Cometemos errores porque no vemos.
Job 29:2-12 Este es un relato de las maravillas que Job hacía antes cuando pensaba que era completo, mientras que Dios veía que estaba incompleto. De la misma manera, en la Iglesia tenemos personas ungidas, llenas de poder y pensamos que estamos completos cuando en realidad predicamos un Evangelio a medias . ¿Qué necesitamos? Necesitamos una revelación de la plenitud. Necesitamos una revelación que la Iglesia no tiene todavía.
Job 40:3-5 Job reconoce que está incompleto y prefiere callarse. Hay gracia, pero hay sobre gracia. No te conformes sólo con la gracia. Obtiene gracia y sobre gracia.
Job 42:1-9 ¡Cuántas cosas hemos hablado que no eran correctas! ¡Cuántas cosas humanas hemos introducido en el campamento! Vamos a la librería humana y buscamos a los buenos hombres, porque hay algo que nos falta y queremos “hacer bien” delante del Señor. Pero, los métodos humanos no funcionan. Requerimos entender el concepto de plenitud.
Job 42:10 Al final, Job tiene el doble de bendiciones en relación al inicio. Antes tenía la mitad y pensaba que estaba completo. Un Evangelio “a la mitad” puede hacer más daño que si no hubiera Evangelio.
3.6 Hacer tesoros para el cielo
Lucas 18:18-23 Un joven rico le preguntó a Jesús qué debía hacer para heredar la vida eterna. Jesús le dice que debe guardar los mandamientos, pero además le dice que venda todo lo que tenga y de a los pobres para tener tesoro en el cielo. El joven rico al oír esto se puso muy triste porque era muy rico, no pudo completar la obra, no pudo hacer el todo, porque no tenía la revelación completa de Cristo.
3.7 Entender la vida del Espíritu
Santiago 1:2-4 La paciencia debe tener su obra completa para que seamos perfectos y cabales, sin que nos falte cosa alguna.
Santiago 2:14 -26 La obra completa no solamente habla de la obra completa que tienes que hacer, lo que tienes que completar, pero también habla de la obra completa de Cristo. Él tiene una obra completa porque Él ya ha completado: de Su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia (Juan 1:16).
Juan 3:1-8 Jesús está hablando con Nicodemo, un frustrado de la obra incompleta. ¿No estás tu frustrado de lo incompleto porque percibes que a la Iglesia le falta algo, que a tu vida le falta algo? Nicodemo estaba frustrado por la pura religión: leía una cosa y vivía otra cosa totalmente opuesta. Por lo menos nosotros leemos algo y vivimos la mitad.
En hebreo, la palabra para espíritu es viento. En griego, la palabra para espíritu o viento es pnuma. Jesús le dice a Nicodemo que como todo nacido de nuevo, no conocía el viento, es decir, no entendía la vida del Espíritu (v. 8). La Biblia habla del viento una y otra vez . Dios quiere soplar el viento, de tal manera y en tal dirección, que nos lleve a ver lo que no vemos, a completar lo incompleto, a tener lo que no tenemos. Dios está soplando Su viento en toda la tierra.
3.8 Tener como Iglesia la revelación del que Es
Lucas 24:13-35 Dos de los discípulos que anduvieron con Jesús por poco más de tres años, estaban andando en el camino a Emaús. Iban hablando entre sí de lo que había acontecido. Sucedió que mientras hablaban entre sí, Jesús se les acercó y caminaba con ellos. Sus ojos estaban velados y no le reconocieron. Conocían al Jesús que Era: al que los sanó, consoló, ayudó y murió por ellos. Pero, no conocían al Cristo que resucitó. Sus ojos estaban velados porque no podían ver al que Es, conocían al que Era. De la misma manera, la Iglesia no puede ver al que Es. Predicamos al que Era, porque Él bendice y gana almas. Uno de los apóstoles le dijo a Jesús (v. 18): ¿eres tú el único forastero en Jerusalén que no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos días? Jesús les pareció un forastero, es decir, no tenía ni siquiera cara de judío. De la misma manera, en la transfiguración en el monte, cuando Pedro, Juan y Jacobo vieron a Jesús no le conocieron.
Los discípulos describen al que Era (v. 19-20): Jesús nazareno, varón profeta, poderoso en obra y en palabra, entregado a muerte por los principales sacerdotes y gobernantes, crucificado. Esto es mitad del Evangelio. La Iglesia del Señor sólo mira al que Era, de la misma manera que aquellos dos discípulos no conocían al que Es, al que vive, porque sus ojos estaban velados.
Al tomar el pan y bendecirlo (v. 30), Jesús trajo el cielo a la tierra. Trae tu diezmo y levanta tu mano al Señor y Él va a traer pan y vino y el cielo va a venir. Cuando los discípulos recibieron el pan, sus ojos fueron abiertos y le reconocieron. ¿Qué tenia la Iglesia primera (representada por los discípulos) que no tiene la Iglesia actual? Que ellos finalmente le reconocieron. Ellos vieron algo que no hemos visto todavía. Necesitamos ver desesperadamente.
3.9 Dar como Iglesia la adoración al que Es
Apocalipsis 4:8 Los seres vivientes o celestiales no tienen necesidad de ninguna revelación, están donde no es necesario buscarla. Este versículo habla de la adoración celestial de los seres vivientes al Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. Así también es la adoración de la Iglesia que no tiene revelación. Cuando Juan vio el libro sellado, lloraba porque no había revelación. Sin revelación, se adora al que era, al que es y al que ha de venir. Nosotros necesitamos una revelación más alta porque administramos el reino y llevamos el testimonio del Señor. Necesitamos ver el todo.
Apocalipsis 11:16–17 Los veinticuatro ancianos en el Antiguo Testamento representan al pueblo, y en el Nuevo Testamento representan a la Iglesia. Cuando la Iglesia se levante, se postrará sobre su rostro, adorando a Dios y diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir. Actualmente, ¿cuál es la revelación de la Iglesia? El que Eres. ¿Cuál es la revelación de los seres vivientes? El que Era. En Emaús, la revelación de los discípulos era el que Era. Falta la revelación de los veinticuatro ancianos del que Es. Podemos ver al que Era, somos expertos en predicar al que Era. No entendemos al que Es. Si viéramos al que Es, nuestra vida sería tan transformada que estaríamos todo tiempo temblando ante la presencia del Señor.
El que Es está sentado en el centro del trono, tiene todo poder y autoridad. Es llamado Señor de Señores, Rey de Reyes, su ropa está teñida de sangre, de su boca sale una espada afilada, y ante Él los reyes de la tierra se cubren y dicen: ayúdanos. Como todavía no entendemos al que Es, nos atrevemos a orar o no, disciplinar o no a nuestros hijos, llegar tarde a las reuniones de la Congregación.
La Iglesia predica un Evangelio incompleto porque todavía no entiende al que Es.
Apocalipsis 1:4 El que Es, Era y ha de Venir
Apocalipsis 1:8 Alfa y omega, principio y fin, el que Es, Era y ha de Venir, el Todopoderoso.
3.10 Ser uno con El que Es y cambiar nuestras vestiduras como Iglesia
Apocalipsis 11:19 Cuando Jesús se transfiguró, mostrando quien era en el Espíritu, su ropa resplandeció como el brillo del relámpago La vestimenta relampagueante del Señor será una Iglesia transformada que ve y entiende al que Es.
(La iglesia es la vestidura del Señor) Así será la transformación cuando veamos y entendamos al que Es: vestimentas con relámpagos. Como Iglesia, entendemos muy bien al que Era y predicamos el Evangelio del que Era, porque todavía no vemos al que Es. Por eso, todavía no salen relámpagos de nuestros vestidos.
La Iglesia va a ser gloriosa cuando Dios nos quite la venda, y veamos que somos uno con el que Es, con ropas que relampaguean.
Lucas 9:28-36 Aunque se acababa de manifestar el que Es (Pedro, Juan y Jacobo vieron que la apariencia de Su rostro se hizo otra y que su vestido blanco resplandecía, y vieron la gloria de Jesús), Pedro seguía pensando en el que Era. Pedro le dice a Jesús que sería “bueno” hacer tres enramadas, lo que significaba poner a Jesús a la misma estatura (nivel) que Moisés y Elías. Cuando Dios abra nuestros ojos, nos mostrará al que se sienta en el trono, al que cabalga en el caballo blanco y que guía a los ejércitos de Dios. ¡Cómo seremos transformados cuando podamos oír y mirar al que Es!
3.11 Dar a conocer como Iglesia Su poder y venida
2 Pedro 1:16-18 Pedro vio en el monte la gloria de Jesús. Como vio con sus propios ojos Su majestad, nos pudo dar a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo. ¿Has visto Su majestad? En el monte santo Jesús recibió honra y gloria de Dios y el sacerdocio según Melquisedec. Cuando hay nuevo sacerdocio es necesario el cambio de ley. Él completó la obra en su vida para que tengamos mucho más. Sólo podía ser hecho sacerdote según Melquisedec aquel que sea santo, sin mancha ni arruga y que tenga capacidad de penetrar a la presencia de Dios por sus propios méritos. Solo hay uno que puede hacer esto: Jesucristo, quién aquel día de la transfiguración recibió honra y gloria. Los sacerdotes reciben honra y gloria cuando son hechos Sumos sacerdotes.
4. ¿Cómo podemos tener revelación del que Es? Por medio de la renovación de nuestro entendimiento a través de la palabra revelada y al ver la gloria del Señor
Solamente cuando le veamos vamos a ser como Él es y vamos a relampaguear. En el Nuevo Testamento sólo hay tres referencias para la palabra transfiguró, que en griego es metamorfosis.
Mateo 17:1-2 Transfiguró es la palabra metamorfosis en griego.
Romanos 12:2 “Transformándonos por medio de la renovación de nuestro entendimiento”. La palabra griega para transformar es la misma que se utiliza para transfigurar (metamorfosis). Este versículo se lee entonces: “no se conformen a este siglo, sino transfórmense (haya transfiguración en ustedes, haya metamorfosis en ustedes) por medio de la renovación de su entendimiento”. Transformarse significa entender al que Es. ¿Cómo vamos a transformarnos (transfigurarnos, tener metamorfosis)?
1. Romanos 12:2 Por medio de la revelación de la palabra.
2. Necesitamos ver la gloria del que Es. Mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados (transfigurados, tenemos metamorfosis) de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor (2 Corintios 3:18).
¿Cuál es nuestra parte para saber sobre el que Es? Renovar nuestra mente con la palabra revelada y mirar Su gloria para que el cuerpo de Cristo tenga la misma transfiguración que Él tuvo en el monte y para que nuestros vestidos relampagueen.
En resumen, Jesús subió con Pedro, Juan y Jacobo a orar al monte porque no podía irse sin la obra completa. En el monte, Jesús recibió el
sacerdocio según la orden de Melquisedec para hacer completa la obra en Su vida para que tú como Iglesia puedas ver su Majestad y para que la Iglesia pueda ser transformada. Ora y clama por un espíritu de revelación y sabiduría para poder verlo como Él es. Necesitamos cambiar de ver y oír al “varón profeta, poderoso en obra y en palabra” (Lucas 24:19) a conocer a Jesucristo en el espíritu y ya no en la carne (como dice Pablo en 2 Corintios 5:16). Lo que ha hecho el que Era es una gran maravilla. Ahora quiere obrar el que Es.
Amamos la obra del que Era, sin lugar a dudas. Pero, ¿podemos predicar algo que no hemos visto? No podemos. Podremos predicar del que Es sólo cuando lo hayamos visto. ¿Cuándo empezaremos a predicar del que Es? ¿Cuándo empezarán a relampaguear nuestros vestidos? Cuando le veamos como Él es. El dia que la Iglesia le vea como Él Es, todo va a cambiar en la Iglesia del Señor. Ya no veremos ni negro ni blanco, no habrá racismo ni prejuicios. Todos correremos a orar. ¿Por qué ahora no corremos muy temprano a la oración? Porque todavía no le hemos visto como Él es. Si lo verías sentado en el trono, temblarías a su presencia y Él se manifestaría en gran manera. No es nuestra culpa, todos hemos sido enseñados en el que Era. Nadie es mayor, no se ha tenido todavía la revelación.
El diezmo es el primer 10% del todo. Vale lo mismo el diezmo del más pobre como del más rico, porque por todos ha sido pagada la misma sangre, el mismo precio. Todos necesitamos la misma revelación. Todos necesitamos ver al que Es. Necesitamos con desesperación ver al que Es. Si no le vemos, nuestra vida no va a ser cambiada. Necesitamos verlo a Él de una nueva manera.
jueves, 22 de julio de 2010
PREDICA SOBRE LA GRACIA (Parte X) - (Julio 17, 2010)
Pastor Isaac Guerreiro
1. Cuando el pueblo enemigo reconoce que Jehová es el que pelea por Su pueblo, por Su gracia Ël permite pacto
Josué 9:1-27 En el tiempo de Josué, Gabaón estaba habitada por los heveos, una de las siete naciones cananeas que debían ser destruidas por el pueblo judío al tomar la tierra prometida. (Deuteronomio 7:1-2). La orden de Dios a Moisés era de que esas siete naciones sean conquistadas porque su tierra sería de Israel. A diferencia de las otras naciones cananeas, los gabaonitas se dieron cuenta de que a pesar de su poderío militar y la grandeza de su ciudad, cualquier resistencia al pueblo judío sería inútil ya que Jehová era el que peleaba por Israel. El pueblo judío tenía todas las de ganar porque entró a la tierra prometida con hambre de conquista, obedeciendo a Dios y con Su protección. Por ello, después de la destrucción de Jericó y Hai, los gabaonitas en representación de su ciudad y las ciudades heveas de Catira, Beerot y Quiriat-jearim, se fingieron embajadores que vinieron a Josué al campamento en Gigal y le pidieron hacer alianza.
Ninguna de las otras seis naciones cananeas quiso hacer pacto o alianza con Israel y, más bien, los enfrentaron. Para lograr la alianza, los gabaonitas usaron de astucia. Ellos sabían que si les decían a los israelitas quiénes realmente eran, los israelitas no habrían querido hacer ningún pacto con ellos. Los líderes gabaonitas pensaron en proteger su vida y la de sus siguientes generaciones antes que su orgullo. Los falsos embajadores tomaron sacos viejos sobre sus asnos, cueros viejos de vino, rotos y remendados, y zapatos viejos y recosidos, con vestidos viejos sobre sí; y todo el pan que traían para el camino era seco y mohoso.
Presentándose como llegados de una tierra muy lejana, ellos reconocieron que fue la mano de Jehová la que obró en todo lo que sucedió en Egipto, así como lo que sucedió a los reyes amorreos Sehón y Og. Pero, astutamente no mencionaron la toma de Jericó y Hai, ya que como venían de una “tierra muy lejana” no podían haber sabido lo que aconteció en esas dos ciudades. Como una mentira necesita de otra y otra para ser creíble, los gabaonitas engañaron a Josué con una serie de mentiras. Los hombres de Israel no consultaron a Jehová y Josué hizo paz con los gabaonitas y celebró con ellos alianza concediéndoles la vida. La alianza también fue jurada por los príncipes de la congregación de Israel. En lo natural, la alianza pareció buena a Josué y los príncipes. En lo espiritual, no consultaron a Dios.
Gabaón estaba ubicada a diez kilómetros de Gilgal, el lugar donde Josué estaba preparando a su ejército para la conquista de los pueblos cananeos. Pasados tres días, los israelitas oyeron que los gabaonitas eran sus vecinos, a los que debían haber conquistado por mandato de Jehová. Los hijos de Israel fueron a sus ciudades y no los mataron, por razón del pacto. Josué y los príncipes mantuvieron su palabra.
2. Ante la humillación y arrepentimiento, por Su gracia una maldición se convierte en bendición
Cuando Josué confrontó a las gabaonitas sobre su engaño, los maldijo y les dijo que no dejaría de haber siervos entre ellos para cortar la leña y sacar el agua para la Casa de Jehová. Los gabaonitas reconocieron nuevamente que Jehová era el que peleaba por Israel. Le dijeron a Josué que al reconocer todo lo que Jehová hizo por los israelitas, habían temido en gran manera por sus vidas. Los gabaonitas se pusieron a merced de Josué y le dijeron: “henos aquí en tu mano; lo que te pareciere bueno y recto hacer de nosotros, hazlo”.
Así, los gabaonitas fueron constituidos en leñadores y aguadores para la congregación y para el tabernáculo de Jehová. Esto nos muestra que una nación pagana como la de los gabaonitas se puso a merced del pueblo judío, reconoció el poder de Jehová y se rindió ante Josué. Esto significa que ellos aceptaron sujetarse a las leyes de Israel, reconociendo que ya no podían hacer más las cosas a su manera, sino como un israelita. Tenían que servir a Dios y aceptar Sus mandamientos para sus vidas. Sin embargo, la condenación que fue dada a los gabaonitas se volvió libertad en Dios en el servicio dentro de la Casa de Jehová. Lo que podía ser una maldición, se convirtió en una bendición.
Salmo 84:4 La forma en que el pacto fue hecho entre el pueblo de Israel y Gabaón fue basado en el engaño, por lo cuál Josué maldijo a los gabaonitas. Pero, Dios transformó esa maldición en bendición. “Bienaventurados los que habitan en tu Casa; perpetuamente te alabarán”. Esta bendición llegó a los gabaonitas. La forma en que muchos de nosotros hemos llegado a Cristo ha sido en varios casos basada en una “carnada”: “si Tú me sanas, entonces me congregaré; o si Tú me das, estoy dispuesto; o si Tú me provees, yo pagaré los diezmos”. Como Jacob (Génesis 28:20-22), venimos al Señor negociando con Ël. A veces vemos a personas quebrantadas, pero no sabemos lo que hay en su corazón. Cuántas otras veces, una persona viene al Señor, recibe la bendición y regresa al mundo. ¿Qué tenía en su corazón? No sabemos, pero lo que sí conocemos es que Dios nos recibe en todos los casos.
Gabaón como nación no estuvo en la posición de decir “tendremos un príncipe sentado con los príncipes de Israel”. Los gabaonitas llegaron a la posición más baja como siervos de por vida para traer agua y leña para la congregación y el tabernáculo. Al servir en el tabernáculo, todos los días estaban en la presencia de Dios, veían a los levitas, escuchaban la oración, y veían a las personas llegar cargadas con sus culpas y salir con las cargas liberadas. ¡Era una bendición para los gabaonitas el servir en el tabernáculo!
3. Si el pacto está en armonía con Su voluntad, Ël pelea por nosotros
Josué 10:1-14 A pesar de que los gabaonitas engañaron a Josué y la congregación para lograr la alianza, ésta evidentemente estuvo en armonía con la voluntad de Jehová (Josué 11:19). Prueba de esto es que cuando los cinco reyes amorreos quisieron destruir a los gabaonitas, Jehová bendijo la ayuda y defensa que los israelitas les dieron. Jehová arrojó desde el cielo grandes piedras sobre los amorreos. Fueron más lo que murieron por las piedras del granizo, que los que los hijos de Israel mataron a espada. Jehová actuó a favor de los gabaonitas porque éstos tuvieron fe en que Jehová cumple su palabra, así como también tuvieron temor del Dios de Israel.
4. ¿Qué ocurrió en Gabaón?
Cuando Josué combate a los cinco reyes amorreos que querían levantarse contra Gabaón, honrando el pacto entre judíos y gabaonitas, Jehová permite la victoria de los judíos e incluso extiende milagrosamente el día hasta que los judíos se vengan de sus enemigos. Josué oró para que Jehová detenga el sol hasta que la victoria sea dada (Josué 10:12-13).
Gabaón fue uno de los territorios de Benjamín asignado a los levitas. Cuando David estaba huyendo de Saúl, fue a Nob que estaba ubicada en Gabaón. Allá estaban los sacerdotes que consultaron por él a Jehová, le dieron provisiones y también la espada de Goliat. Doeg, edomita, que era el principal de los siervos de Saúl, le cuenta a Saúl que había visto a David con los sacerdotes de Nob, quienes ayudaron al fugitivo. Saúl decide por la destrucción de los gabaonitas, sin considerar el pacto que existía entre los judíos y éstos. Este pacto fue tomado en poco por Saúl, quién además no valoró el servicio que los gabaonitas venían prestando por siglos a la Casa de Dios.
Saúl mandó llamar al sacerdote principal de Nob y lo sentenció a muerte. El rey pidió a la gente de su guardia que maten a los sacerdotes de Jehová. Como ninguno de ellos quiso matarlos, Saúl le pidió a Doeg que arremeta contra los sacerdotes. Así, Doeg mató a ochenta y cinco varones que vestían efod de lino. Airado, Saúl entra a Nob, ciudad de los sacerdotes, y hace matar a filo de espada a hombres como a mujeres, niños hasta de pecho y todos los animales (1 Samuel 22:6-19).
Los gabaonitas esperan pacientemente a que Jehová revele la injusticia. Esto sucede durante el reino de David en que hubo hambre por tres años consecutivos. David consulta a Jehová, y Ël le dice: “Es por causa de Saúl, y por aquella casa de sangre, por cuanto mató a los gabaonitas”. David pregunta a los gabaonitas qué satisfacción podía darles. Ellos pidieron siete hijos de Saúl para apaciguar la ira de Dios. Como David había hecho pacto con Jonatán, hijo de Saúl, David perdona a Mefi-boset hijo de Jonatán. Los gabaonitas ahorcan a los hijos de Saúl y Dios levanta el juicio sobre la nación de Israel (2 Samuel 21:1-9). Así, Dios honró el pacto de protección que había sido hecho por Josué y los príncipes de Israel con los gabaonitas, una nación que en otro tiempo fue pagana pero que tuvo temor de Dios y buscó hacer pacto y estar al lado de Su pueblo.
Posteriormente, David protege a los gabaonitas. Uno de los valientes de David, Ismaías, era gabaonita (1 Crónicas 12:4). En el tiempo de David, los gabaonitas comienzan a mezclarse, como un injerto que es hecho con el pueblo de Israel, como dice en Romanos 11:17b ¨…y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo¨. De ahí en adelante, dejan de ser llamados gabaonitas, y se llaman netineos, que quiere decir siervos de la Casa de Dios, siervos por amor.
En Gabaón, David tuvo una victoria tremenda contra los filisteos (1 Crónicas 14:16). Durante el reinado de David, el tabernáculo fue movido a Gabaón (1 Crónicas 16:39). Era la parte más alta y en ese lugar alto el tabernáculo fue edificado hasta que el templo fue construido en Jerusalén por Salomón. Fue en Gabaón que David ofrecía sacrificios, y después también Salomón al comienzo de su reinado. En Gabaón Jehová se aparece a Salomón en sueños, y le dice que pida lo que quiera que Ël se lo daría (1 Reyes 3:4-5).
Por cientos de años, los netineos se dedicaron a servir a Dios. Después de la deportación de los judíos a Babilonia, los sirvientes del templo (netineos) regresaron de Babilonia con el remanente para reconstruir el templo (Esdras 2:43, 2:58, 2:70, 7:7, y 8:20) unos 600 siervos de la Casa de Dios (netineos). Posteriormente, participaron de la reconstrucción de los muros de Jerusalén (Nehemías 3:7, 3:26 y v.31). En el tiempo de Esdras, faltaron levitas y para suplir en el templo, sirvieron como levitas algunos netineos (Esdras 8:15-20).
Pasó el tiempo, y los gabaonitas o netineos pasaron a ser como el pueblo de Dios, pero aún siervos. En los tiempos de Jesús cambiaron muchas cosas. Todos los que no eran hijos legítimos de los judíos eran llamados ¨mamzerim¨ según se sabe por los comentarios en la mishna. Aquellos hijos de los que no eran judíos y no se sabía quién era el padre, eran bajados a la categoría de netineos para ser siervos. Jesús estaba en la categoría de mamzerim porque lo miraban y se preguntaban por su padre, dudando de su legitimidad conforme vemos en (Juan 8:41). Jesús es el mejor ejemplo de un netineo, por que el descendió a la categoría de esclavo o siervo por amor.
5. De nación pagana a nación injertada de netineos que tienen propósito y que son uno con el pueblo de Dios
La historia de Gabaón es la de una nación injertada. Llegó a hacer pacto con el pueblo de Dios de una forma extraña, pero en el transcurso del tiempo Dios la transformó en una nación de netineos o siervos por amor. Esto es así como en la geneaología de Jesús, en que hay cuatro mujeres (Tamar, Rahab, Rut y Betsabé) que eran pecadoras o extranjeras y que Dios las redime y las hace parte de su pueblo.
¿Cómo llegaron los gaboanitas cuando buscaron hacer alianza con Josué? Llegaron con sacos viejos sobre sus asnos, con cueros viejos de vino, rotos y remendados, zapatos viejos y recosidos, con vestidos viejos, y todo el pan que traían era seco y mohoso. ¿Cómo has llegado a la Casa de Dios? ¿Acaso no hemos llegado con el vino viejo, con el odre viejo y seco, con la comida vieja (revelación pasada llena de moho contaminándonos), con nuestros vestidos rotos? ¿Acaso nuestra justicia no es trapo de inmundicia? Así llegamos todos a la Casa de Dios.
La forma de evitar el juicio y condenación es salir al encuentro del juez. El juez era Israel que venia a juzgar a los gabaonitas. Ellos salieron a su encuentro con humildad y arrepentimiento, buscando la paz con Dios, vestidos con harapos. De la misma manera, nosotros debemos acercarnos a Dios con humildad y arrepentimiento, vestidos con los harapos de nuestra miseria, sin ostentación y orando: “Señor, se propicio a mi que soy pecador/a.
Hagámonos siervos de nuestro Josué, el Señor Jesús y hagamos pacto con El y con los suyos, para que tengamos vida.
El juicio está próximo. La nación estará frente al juez. Sólo una cosa apaciguará al juez: si la nación se humilla, busca la misericordia y gracia de Dios, y hace un pacto como hicieron los gabaonitas.
Los gabaonitas eran leñadores y aguateros. Posteriormente, después de cientos de años de servicio, se llamaron netineos en la Casa del Señor. Los netineos son un pueblo que no era, pero que ahora es. El agua siempre ha de fluir. Dios necesita de aquellos que llevan agua que es símbolo de la palabra. Cuántas veces vemos personas cargadas que al compartirles la palabra, son lavadas por ésta. Cuando ministramos, es como lavar los pies de la persona. Estamos haciendo el servicio de los netineos, sirviendo al cuerpo en la casa de Dios.
Salomón dijo: “sin leña, el fuego se apaga”. Necesita haber leña para que el fuego este prendido. “El fuego arderá continuamente sobre el altar y no se apagará”. ¿Quién pone la leña? ¿Quién trae la leña para que el fuego en el altar de Jehová arda continuamente? Si no hay netineos, si no hay siervos que busquen la leña, el fuego no arderá.
Dios ha injertado en Israel una nación como los gabaonitas porque hay un propósito. Eran los siervos en la Casa de Dios que hacían el trabajo más bajo. No eran los sumos sacerdotes, pero en ningún momento se sublevaron, y nunca intentaron separarse del pueblo de Dios para aliarse con otro rey. Fueron fieles al pacto, al juramento y aún a la maldición que Josué les impuso. Se convirtieron en netineos, se mezclaron y pasaron a ser uno con el pueblo de Dios.
1. Cuando el pueblo enemigo reconoce que Jehová es el que pelea por Su pueblo, por Su gracia Ël permite pacto
Josué 9:1-27 En el tiempo de Josué, Gabaón estaba habitada por los heveos, una de las siete naciones cananeas que debían ser destruidas por el pueblo judío al tomar la tierra prometida. (Deuteronomio 7:1-2). La orden de Dios a Moisés era de que esas siete naciones sean conquistadas porque su tierra sería de Israel. A diferencia de las otras naciones cananeas, los gabaonitas se dieron cuenta de que a pesar de su poderío militar y la grandeza de su ciudad, cualquier resistencia al pueblo judío sería inútil ya que Jehová era el que peleaba por Israel. El pueblo judío tenía todas las de ganar porque entró a la tierra prometida con hambre de conquista, obedeciendo a Dios y con Su protección. Por ello, después de la destrucción de Jericó y Hai, los gabaonitas en representación de su ciudad y las ciudades heveas de Catira, Beerot y Quiriat-jearim, se fingieron embajadores que vinieron a Josué al campamento en Gigal y le pidieron hacer alianza.
Ninguna de las otras seis naciones cananeas quiso hacer pacto o alianza con Israel y, más bien, los enfrentaron. Para lograr la alianza, los gabaonitas usaron de astucia. Ellos sabían que si les decían a los israelitas quiénes realmente eran, los israelitas no habrían querido hacer ningún pacto con ellos. Los líderes gabaonitas pensaron en proteger su vida y la de sus siguientes generaciones antes que su orgullo. Los falsos embajadores tomaron sacos viejos sobre sus asnos, cueros viejos de vino, rotos y remendados, y zapatos viejos y recosidos, con vestidos viejos sobre sí; y todo el pan que traían para el camino era seco y mohoso.
Presentándose como llegados de una tierra muy lejana, ellos reconocieron que fue la mano de Jehová la que obró en todo lo que sucedió en Egipto, así como lo que sucedió a los reyes amorreos Sehón y Og. Pero, astutamente no mencionaron la toma de Jericó y Hai, ya que como venían de una “tierra muy lejana” no podían haber sabido lo que aconteció en esas dos ciudades. Como una mentira necesita de otra y otra para ser creíble, los gabaonitas engañaron a Josué con una serie de mentiras. Los hombres de Israel no consultaron a Jehová y Josué hizo paz con los gabaonitas y celebró con ellos alianza concediéndoles la vida. La alianza también fue jurada por los príncipes de la congregación de Israel. En lo natural, la alianza pareció buena a Josué y los príncipes. En lo espiritual, no consultaron a Dios.
Gabaón estaba ubicada a diez kilómetros de Gilgal, el lugar donde Josué estaba preparando a su ejército para la conquista de los pueblos cananeos. Pasados tres días, los israelitas oyeron que los gabaonitas eran sus vecinos, a los que debían haber conquistado por mandato de Jehová. Los hijos de Israel fueron a sus ciudades y no los mataron, por razón del pacto. Josué y los príncipes mantuvieron su palabra.
2. Ante la humillación y arrepentimiento, por Su gracia una maldición se convierte en bendición
Cuando Josué confrontó a las gabaonitas sobre su engaño, los maldijo y les dijo que no dejaría de haber siervos entre ellos para cortar la leña y sacar el agua para la Casa de Jehová. Los gabaonitas reconocieron nuevamente que Jehová era el que peleaba por Israel. Le dijeron a Josué que al reconocer todo lo que Jehová hizo por los israelitas, habían temido en gran manera por sus vidas. Los gabaonitas se pusieron a merced de Josué y le dijeron: “henos aquí en tu mano; lo que te pareciere bueno y recto hacer de nosotros, hazlo”.
Así, los gabaonitas fueron constituidos en leñadores y aguadores para la congregación y para el tabernáculo de Jehová. Esto nos muestra que una nación pagana como la de los gabaonitas se puso a merced del pueblo judío, reconoció el poder de Jehová y se rindió ante Josué. Esto significa que ellos aceptaron sujetarse a las leyes de Israel, reconociendo que ya no podían hacer más las cosas a su manera, sino como un israelita. Tenían que servir a Dios y aceptar Sus mandamientos para sus vidas. Sin embargo, la condenación que fue dada a los gabaonitas se volvió libertad en Dios en el servicio dentro de la Casa de Jehová. Lo que podía ser una maldición, se convirtió en una bendición.
Salmo 84:4 La forma en que el pacto fue hecho entre el pueblo de Israel y Gabaón fue basado en el engaño, por lo cuál Josué maldijo a los gabaonitas. Pero, Dios transformó esa maldición en bendición. “Bienaventurados los que habitan en tu Casa; perpetuamente te alabarán”. Esta bendición llegó a los gabaonitas. La forma en que muchos de nosotros hemos llegado a Cristo ha sido en varios casos basada en una “carnada”: “si Tú me sanas, entonces me congregaré; o si Tú me das, estoy dispuesto; o si Tú me provees, yo pagaré los diezmos”. Como Jacob (Génesis 28:20-22), venimos al Señor negociando con Ël. A veces vemos a personas quebrantadas, pero no sabemos lo que hay en su corazón. Cuántas otras veces, una persona viene al Señor, recibe la bendición y regresa al mundo. ¿Qué tenía en su corazón? No sabemos, pero lo que sí conocemos es que Dios nos recibe en todos los casos.
Gabaón como nación no estuvo en la posición de decir “tendremos un príncipe sentado con los príncipes de Israel”. Los gabaonitas llegaron a la posición más baja como siervos de por vida para traer agua y leña para la congregación y el tabernáculo. Al servir en el tabernáculo, todos los días estaban en la presencia de Dios, veían a los levitas, escuchaban la oración, y veían a las personas llegar cargadas con sus culpas y salir con las cargas liberadas. ¡Era una bendición para los gabaonitas el servir en el tabernáculo!
3. Si el pacto está en armonía con Su voluntad, Ël pelea por nosotros
Josué 10:1-14 A pesar de que los gabaonitas engañaron a Josué y la congregación para lograr la alianza, ésta evidentemente estuvo en armonía con la voluntad de Jehová (Josué 11:19). Prueba de esto es que cuando los cinco reyes amorreos quisieron destruir a los gabaonitas, Jehová bendijo la ayuda y defensa que los israelitas les dieron. Jehová arrojó desde el cielo grandes piedras sobre los amorreos. Fueron más lo que murieron por las piedras del granizo, que los que los hijos de Israel mataron a espada. Jehová actuó a favor de los gabaonitas porque éstos tuvieron fe en que Jehová cumple su palabra, así como también tuvieron temor del Dios de Israel.
4. ¿Qué ocurrió en Gabaón?
Cuando Josué combate a los cinco reyes amorreos que querían levantarse contra Gabaón, honrando el pacto entre judíos y gabaonitas, Jehová permite la victoria de los judíos e incluso extiende milagrosamente el día hasta que los judíos se vengan de sus enemigos. Josué oró para que Jehová detenga el sol hasta que la victoria sea dada (Josué 10:12-13).
Gabaón fue uno de los territorios de Benjamín asignado a los levitas. Cuando David estaba huyendo de Saúl, fue a Nob que estaba ubicada en Gabaón. Allá estaban los sacerdotes que consultaron por él a Jehová, le dieron provisiones y también la espada de Goliat. Doeg, edomita, que era el principal de los siervos de Saúl, le cuenta a Saúl que había visto a David con los sacerdotes de Nob, quienes ayudaron al fugitivo. Saúl decide por la destrucción de los gabaonitas, sin considerar el pacto que existía entre los judíos y éstos. Este pacto fue tomado en poco por Saúl, quién además no valoró el servicio que los gabaonitas venían prestando por siglos a la Casa de Dios.
Saúl mandó llamar al sacerdote principal de Nob y lo sentenció a muerte. El rey pidió a la gente de su guardia que maten a los sacerdotes de Jehová. Como ninguno de ellos quiso matarlos, Saúl le pidió a Doeg que arremeta contra los sacerdotes. Así, Doeg mató a ochenta y cinco varones que vestían efod de lino. Airado, Saúl entra a Nob, ciudad de los sacerdotes, y hace matar a filo de espada a hombres como a mujeres, niños hasta de pecho y todos los animales (1 Samuel 22:6-19).
Los gabaonitas esperan pacientemente a que Jehová revele la injusticia. Esto sucede durante el reino de David en que hubo hambre por tres años consecutivos. David consulta a Jehová, y Ël le dice: “Es por causa de Saúl, y por aquella casa de sangre, por cuanto mató a los gabaonitas”. David pregunta a los gabaonitas qué satisfacción podía darles. Ellos pidieron siete hijos de Saúl para apaciguar la ira de Dios. Como David había hecho pacto con Jonatán, hijo de Saúl, David perdona a Mefi-boset hijo de Jonatán. Los gabaonitas ahorcan a los hijos de Saúl y Dios levanta el juicio sobre la nación de Israel (2 Samuel 21:1-9). Así, Dios honró el pacto de protección que había sido hecho por Josué y los príncipes de Israel con los gabaonitas, una nación que en otro tiempo fue pagana pero que tuvo temor de Dios y buscó hacer pacto y estar al lado de Su pueblo.
Posteriormente, David protege a los gabaonitas. Uno de los valientes de David, Ismaías, era gabaonita (1 Crónicas 12:4). En el tiempo de David, los gabaonitas comienzan a mezclarse, como un injerto que es hecho con el pueblo de Israel, como dice en Romanos 11:17b ¨…y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo¨. De ahí en adelante, dejan de ser llamados gabaonitas, y se llaman netineos, que quiere decir siervos de la Casa de Dios, siervos por amor.
En Gabaón, David tuvo una victoria tremenda contra los filisteos (1 Crónicas 14:16). Durante el reinado de David, el tabernáculo fue movido a Gabaón (1 Crónicas 16:39). Era la parte más alta y en ese lugar alto el tabernáculo fue edificado hasta que el templo fue construido en Jerusalén por Salomón. Fue en Gabaón que David ofrecía sacrificios, y después también Salomón al comienzo de su reinado. En Gabaón Jehová se aparece a Salomón en sueños, y le dice que pida lo que quiera que Ël se lo daría (1 Reyes 3:4-5).
Por cientos de años, los netineos se dedicaron a servir a Dios. Después de la deportación de los judíos a Babilonia, los sirvientes del templo (netineos) regresaron de Babilonia con el remanente para reconstruir el templo (Esdras 2:43, 2:58, 2:70, 7:7, y 8:20) unos 600 siervos de la Casa de Dios (netineos). Posteriormente, participaron de la reconstrucción de los muros de Jerusalén (Nehemías 3:7, 3:26 y v.31). En el tiempo de Esdras, faltaron levitas y para suplir en el templo, sirvieron como levitas algunos netineos (Esdras 8:15-20).
Pasó el tiempo, y los gabaonitas o netineos pasaron a ser como el pueblo de Dios, pero aún siervos. En los tiempos de Jesús cambiaron muchas cosas. Todos los que no eran hijos legítimos de los judíos eran llamados ¨mamzerim¨ según se sabe por los comentarios en la mishna. Aquellos hijos de los que no eran judíos y no se sabía quién era el padre, eran bajados a la categoría de netineos para ser siervos. Jesús estaba en la categoría de mamzerim porque lo miraban y se preguntaban por su padre, dudando de su legitimidad conforme vemos en (Juan 8:41). Jesús es el mejor ejemplo de un netineo, por que el descendió a la categoría de esclavo o siervo por amor.
5. De nación pagana a nación injertada de netineos que tienen propósito y que son uno con el pueblo de Dios
La historia de Gabaón es la de una nación injertada. Llegó a hacer pacto con el pueblo de Dios de una forma extraña, pero en el transcurso del tiempo Dios la transformó en una nación de netineos o siervos por amor. Esto es así como en la geneaología de Jesús, en que hay cuatro mujeres (Tamar, Rahab, Rut y Betsabé) que eran pecadoras o extranjeras y que Dios las redime y las hace parte de su pueblo.
¿Cómo llegaron los gaboanitas cuando buscaron hacer alianza con Josué? Llegaron con sacos viejos sobre sus asnos, con cueros viejos de vino, rotos y remendados, zapatos viejos y recosidos, con vestidos viejos, y todo el pan que traían era seco y mohoso. ¿Cómo has llegado a la Casa de Dios? ¿Acaso no hemos llegado con el vino viejo, con el odre viejo y seco, con la comida vieja (revelación pasada llena de moho contaminándonos), con nuestros vestidos rotos? ¿Acaso nuestra justicia no es trapo de inmundicia? Así llegamos todos a la Casa de Dios.
La forma de evitar el juicio y condenación es salir al encuentro del juez. El juez era Israel que venia a juzgar a los gabaonitas. Ellos salieron a su encuentro con humildad y arrepentimiento, buscando la paz con Dios, vestidos con harapos. De la misma manera, nosotros debemos acercarnos a Dios con humildad y arrepentimiento, vestidos con los harapos de nuestra miseria, sin ostentación y orando: “Señor, se propicio a mi que soy pecador/a.
Hagámonos siervos de nuestro Josué, el Señor Jesús y hagamos pacto con El y con los suyos, para que tengamos vida.
El juicio está próximo. La nación estará frente al juez. Sólo una cosa apaciguará al juez: si la nación se humilla, busca la misericordia y gracia de Dios, y hace un pacto como hicieron los gabaonitas.
Los gabaonitas eran leñadores y aguateros. Posteriormente, después de cientos de años de servicio, se llamaron netineos en la Casa del Señor. Los netineos son un pueblo que no era, pero que ahora es. El agua siempre ha de fluir. Dios necesita de aquellos que llevan agua que es símbolo de la palabra. Cuántas veces vemos personas cargadas que al compartirles la palabra, son lavadas por ésta. Cuando ministramos, es como lavar los pies de la persona. Estamos haciendo el servicio de los netineos, sirviendo al cuerpo en la casa de Dios.
Salomón dijo: “sin leña, el fuego se apaga”. Necesita haber leña para que el fuego este prendido. “El fuego arderá continuamente sobre el altar y no se apagará”. ¿Quién pone la leña? ¿Quién trae la leña para que el fuego en el altar de Jehová arda continuamente? Si no hay netineos, si no hay siervos que busquen la leña, el fuego no arderá.
Dios ha injertado en Israel una nación como los gabaonitas porque hay un propósito. Eran los siervos en la Casa de Dios que hacían el trabajo más bajo. No eran los sumos sacerdotes, pero en ningún momento se sublevaron, y nunca intentaron separarse del pueblo de Dios para aliarse con otro rey. Fueron fieles al pacto, al juramento y aún a la maldición que Josué les impuso. Se convirtieron en netineos, se mezclaron y pasaron a ser uno con el pueblo de Dios.
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