jueves, 8 de julio de 2010

Palabra profética para la Casa (Junio 27, 2010)

La palabra para estos días es: refrigerio de lo alto, nuevo dia, nuevo comienzo, nueva unción, nuevas vestiduras. Nuevo dia es, la unción está cambiando sobre la Casa. Los vientos están cambiando. Dios quiere derramar nueva unción, nueva porción. Dios quiere cambiar vestiduras. Dios quiere lavarnos, ungirnos, hacer algo nuevo. Dios quiere subir de nivel. Iglesia, Dios quiere subirnos a otro nivel. Nueva revelación, nuevas visiones, nueva profecía, lenguas donde no había. Los niños van a recibir nueva porción. El Señor viene para ustedes con nueva porción. Niños, reciban porque Dios está viniendo con nueva porción. Un nuevo despertamiento entre los niños, jóvenes. Mi carga va a venir de tal manera, dice el Señor, que van a ser mudados totalmente.

¿Conoces al que Es?

¿Conoces al que Es, o sólo conoces al que Era? Tal vez sabes del que vendrá. ¿Conoces al que Es? Andando en Palestina, Él era el Profeta de Galilea. Él era el Hijo hecho Hombre. Él era el que fue llevado a un madero y clavado en la cruz. Pero, ¿conoces al que es? Él es Alto, Sublime, Temible, Dios sobre todas las cosas, Rey y Soberano, Altísimo, Todopoderoso. Él es el primogénito de la nueva creación. Él es Soberano Señor sobre cielos y tierra, Rey de reyes, Señor de señores. Aunque tiene las marcas, Él está sentado en el trono en el lugar de más autoridad. Cielos y tierra están en sus pies. Los cielos y la tierra huyen delante de Él. Él tiene control de los cielos y tierra. Él conoce nuestro pensamiento, nuestra entrada y salida. Él sabe las intenciones de nuestro corazón.

Él es alto y sublime, magnífico en santidad, exaltado, tiene toda potestad sobre cielos y tierra. Él es Rey Supremo, Hacedor. Todas las cosas le han sido entregadas, toda autoridad le ha sido dada. Él es el que Es, es el que sale venciendo para vencer, es el que viste de lino fino. Él es el que monta en un caballo blanco y dirige las huestes celestiales. De su boca sale una espada de dos filos y con ella acaba con el enemigo. Él es el gigante de los cielos. Cuando se para, todo huye delante de Él. Los príncipes de la tierra dicen a los montes: caigan sobre nosotros, guárdennos de la ira del Cordero.

¿Sabes quién es Él o conoces sólo al que Era? Él está sentado en el trono. Él mide la adoración, el templo, el altar. Él tiene la vara de hierro de Dios. Él es el Soberano, Hacedor, absoluto Dios. Él es el principio de la creación, el alfa y omega. Él es el Rey, el Señor Soberano, el Altísimo, el Incomparable Rey. Él es el temible, el único, el santo, santo, santo. Él es el Santo de Dios. Él es el principio y final. Él es sobre todas las cosas. Él es gobernador, Rey Soberano. Él es temible, Altísimo, Él es Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

Él es el que sabe todas las cosas. Él es la Estrella de la mañana, el Sol de justicia. Él es salvación, justicia, redención de Dios. Él es la santidad de Dios. Él es sobre cielos y tierra. Tiene potestad en los cielos y tierra. ¿Conoces al que Es? ¿O conoces al que Era? Ya no es el que Era. Él es el que Es, el que ha sido levantado, el que tiene nombre sobre todo nombre. Él es el Dios Fuerte, el Santo de Dios. Él es el sello de la creación, Él es el Primogénito de toda la creación. Él es el Rey de la gloria. ¿Sabes quién Es?

Cuando Juan le vio, cayó como muerto a sus pies. Cuando las islas le ven huyen de Él, los ángeles se cubren el rostro, no pueden mirarlo. Él es temible. Los ángeles, querubines y serafines se cubren. Todos se postran a sus pies. Él es temible. Los montes se derriten delante de Él. Él es la cabeza, es el primero. Él tiene preeminencia en todas las cosas y sobre todas las cosas. Él es gobernador, Él es dueño y Señor. Él tiene control de la creación de Dios. Los ángeles le adoran, las huestes celestiales se curvan ante Él. Los demonios huyen a su presencia. La creación calle delante de Él. Él es el Hacedor de todas las cosas, el Alfa y Omega, Principio y Final. ¿Le conoces? ¿Le conoces al que Es? No al que Era, al que Es.

Señor, danos una revelación del que se sienta en el trono. Muestra a tu Iglesia quién eres, en quién hemos creído. Abre nuestros ojos, Señor. Unge nuestros ojos con colirio para que te veamos, Señor. Úngenos, Señor. Oramos por nuestros ojos, abre nuestros ojos.

La salvación, la honra y la gloria, el poder son de Dios. Todos sus siervos y los que temen, alaben al Señor nuestro Dios. Nuestro Dios Todopoderoso reina y nos gozamos y alegramos dándole gloria. Con vestiduras de lino fino adoramos a nuestro Rey, nuestro Dios. La adoración es la respuesta de ver su majestad, santidad, grandeza, de ver al Rey de reyes sentado en su trono, de ver al Dios Omnipotente.

Mateo 28:17 “Y cuando le vieron, le adoraron”. Si no puedes adorarle, dile: “Señor, necesito verte”.

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